Con atributos de orfebrería: el renovado aspecto de las imágenes del retablo del Sagrario

Una restauración encaminada a convertirse en histórica. Se ultiman los preparativos para el redescubrimiento de una obra magna del barroco sevillano: el retablo del altar mayor de la parroquia del Sagrario, que en esta jornada de viernes nos ha ofrecido una nueva estampa absolutamente inédita. La cuenta oficial del templo, en su red social X, ha compartido varias instantáneas del conjunto escultórico, ya del todo restauradas, rematadas con una serie de atributos para potenciar su mensaje iconográfico.

Las imágenes principales del retablo estrenan diferentes juegos de orfebrería realizados por Joaquín Ossorio: tres potencias el Cristo de la Misericordia o Yacente, una diadema la Virgen dolorosa, y sendos nimbos las efigies de San Juan y la Magdalena, que forman parte de este soberbio programa que representa el descendimiento de Jesús de la Cruz. Hoy mismo han comenzado las labores del desmontaje del andamiaje con la retirada de la lona, y las tareas continuarán durante la próxima semana. Todo ello en vistas al próximo 7 de septiembre, fecha prevista para la celebración de una misa de acción de gracias como culminación de este titánico proyecto de restauración, desarrollado por el equipo de la Delegación Diocesana de Patrimonio. Dicha eucaristía será oficiada por monseñor Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla.

Una vez más, las imágenes han causado impacto y sensación entre cofrades y devotos, que han podido seguir prácticamente al milímetro cada intervención gracias a los diferentes documentos gráficos y audiovisuales aportados por los profesionales y la propia parroquia que, recordemos, ha contado con el apoyo de las hermandades de la feligresía para sufragar toda la restauración, entre ellas, La Corona, Jesús Despojado, el Baratillo o Los Estudiantes. El pasado mes de junio permaneció en veneración extraordinaria la imagen del Yacente, que cosechó cientos de visitas al tratarse de una ocasión ineludible para contemplarlo en la cercanía.

El retablo, que formaba parte de la primitiva capilla de los Vizcaínos del desaparecido convento de la Casa Grande de San Francisco y cuenta con imágenes de Pedro Roldán y policromías de Valdés Leal, presentaba un estado de conservación deficiente. En líneas generales, la falta de mantenimiento y los diferentes desmontajes y transformaciones que ha sufrido a lo largo de su historia habían hecho mella en su aspecto actual, con multitud de alteraciones y patologías.