"La Asunción de Cantillana", la única marcha de Pedro Braña para una imagen de la provincia

Con poco más de cuarenta años, el excepcional compositor Pedro Braña asumió en 1945 la dirección de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla. Asturiano de nacimiento, su formación en Italia y su ingreso en el Cuerpo Nacional de Directores le valieron la suficiente preparación para ostentar este cargo que mantuvo hasta el año 1971. En estas casi tres décadas se condensa casi toda la producción de Braña con respecto a las marchas procesionales, un género que con anterioridad jamás había explorado.

No descubriremos en absoluto la maestría del asturiano y su genial aportación a la marcha procesional: gusto y delicadeza, alegría sin histrionismos ni facilidades y unas melodías que denotan un profundo conocimiento musical. En total, Pedro Braña compuso -ateniéndonos a los datos de los amigos de Patrimonio Musical- hasta 31 marchas procesionales, siendo Angustia (fechada en 1945 y dedicada a la titular de Los Estudiantes) la primera documentada, aunque se conoce que compuso otras marchas con anterioridad como Esperanza Nuestra o Salmo Penitencial.

Sin embargo, conforme investigamos su obra creativa, nos percatamos de una curiosidad que en absoluto nos pasa inadvertida. Todo su catálogo musical está dedicado a imágenes -tanto cristos como vírgenes, atención- de la capital andaluza, excepto una, la única marcha que Pedro Braña compuso para una devoción alejada de nuestra ciudad pero que se enmarca en los límites de nuestra provincia.

Se trata (y lo compartimos a colación de su reciente procesión), de la marcha La Asunción de Cantillana, compuesta en el año 1971 y enmarcada fase final de su producción. Dedicada, como es natural, a la reconocida devoción de esta localidad de la Vega del Guadalquivir, la composición cuenta con una estructura reconocible y una melodía que despierta sensaciones como la ternura y el ambiente festivo que se respira en el pueblo cada 15 de agosto.

Especial mención merece el trío de la marcha, una combinación entre melancolía y hasta cierta simpatía. Además, esta parte final cuenta con una singularidad del todo desconocida para el público general: Manuel Naranjo Ríos, tal y como referencia la propia hermandad, le adaptó una letra en forma de salve que la canta el coro de la corporación durante la novena. La letra en cuestión dice así: "Tú eres la gloria de Dios padre/ Alegría de la humanidad/ tú eres el honor de nuestro pueblo/ Cantillana te ama de verdad./ Ruega madre mía por nosotros/ desde el cielo da tu bendición/ tiéndele tus brazos a tus hijos,/ que te adoran en tu Asunción".

Como suele ocurrir, por desgracia, con un amplio número de marchas procesionales de calidad, La Asunción de Cantillana apenas se escucha en la Semana Santa sevillana, si acaso en algunas procesiones de gloria. Nos queda, el consuelo, de saber que hace escasas horas volvió a sonar por la banda de la Soledad durante ese instante definitivo y celestial en que la Asunción asoma por el dintel de la parroquia entre el delirio sincero e incondicional de todos sus hijos y devotos.