La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
El arzobispo de Sevilla se cruzó con los costaleros de la hermandad de Jesús Despojado en el interior de la Catedral tras la suspensión de la procesión por la lluvia de la corporación de la plaza de Molviedro. Saiz Meneses se detuvo unos minutos con ellos y trató de consolarlos en esos difíciles momentos.
La escena ocurrió dentro de la Catedral de Sevilla en la tarde del Domingo de Ramos, tal y como recoge el arzobispo de Sevilla en sus perfiles sociales. La cuadrilla de costaleros de Jesús Despojado se encontraba dentro del templo catedralicio, sitiados por la lluvia que arreciaba fuera, hasta que la hermandad decidió suspender la procesión.
Monseñor se cruzó con la cofradía a su salida de la Catedral y no pudo más que detenerse unos instantes con ellos para tratar de consolar a la corporación en esos momentos: "No hay mayor sacrificio que no hacer estación de penitencia", dijo Saiz Meneses a los costaleros, al tiempo que ensalzaba su labor y les comentaba como les pone de ejemplo cuando hay que hablar de trabajo en equipo y coordinación.
A los costaleros el arzobispo les recordó los ensayos, el trabajo en equipo, el sacrificio, para recordarles que no hay mayor sacrificio que no poder completar la salida procesional de la hermandad para la que se han preparado.
Este Domingo de Ramos, amén de por la lluvia, se dio la circunstancia de que la cuadrilla de costaleros de Jesús Depojado vivió la pérdida de uno de sus hermanos fallecido este mismo día.
Loren, costalero del paso de palio de Jesús Despojado, fallecía de un infarto en el mismo día que debía salir con su hermandad.
La agrupación musical Virgen de los Reyes, que acompaña al paso de misterio en su salida, interpretó 'La muerte no es el final a su llegada a la plaza de Molviedro y compartió el recuerdo al costalero fallecido de Jesús Despojado en sus perfiles sociales.
La lluvia dio al traste con el Domingo de Ramos en Sevilla desde mediodía. Mojó a tres de las cuatro cofradías que salieron y dejó en sus templos a otras cinco.
La procesión de la Borriquita fue la única que completó su recorrido al completo. La cofradía de los niños aceleró su paso y se salvó de la lluvia. No tuvieron la misma suerte la Paz, Jesús Despojado y la Cena, que acabaron resguardándose en la Catedral.
La Hiniesta, San Roque, la Estrella, la Amargura y el Amor no realizaron estación de penitencia y se quedaron en sus templos.
Siete pasos amanecen hoy en el interior de la Catedral de Sevilla en una suerte de improvisada exposición cofrade con los tres pasos de la Cena, el Cristo de la Victoria de la Paz y los dos de la cofradía de Jesús Despojado.
Solo falta en la Catedral la Virgen de la Paz, que tomó el camino de vuelta a su parroquia cuando la lluvia hizo acto de presencia.
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