La Archidiócesis de Sevilla restaura el retablo de Santa María de Écija

El pasado 17 de junio dieron comienzo las obras de conservación y restauración en la iglesia de Santa María, de Écija, concretamente en su retablo mayor-tabernáculo. El proyecto está enmarcado en el Plan Diocesano de Conservación de la Delegación de Patrimonio de la Archidiócesis, que cumple este año su décima edición. Mediante este programa se selecciona una obra para acometer procesos de intervención, “además de ayudar a la parroquia, que por lo general se encuentra inmersa en grandes inversiones en el sostenimiento de su patrimonio mueble e inmueble”.

La intervención la llevan a cabo trece alumnos en prácticas del Grado en Conservación y Restauración y vienen a cubrir unas plazas formativas extracurriculares, mediante un convenio entre la Archidiócesis y la Universidad de Sevilla que se desarrolla en época estival. Las prácticas están tutorizadas por Agustín Martín y Antonio Gamero, responsables técnicos de la Delegación Diocesana de Patrimonio Cultural.

El retablo mayor de la iglesia de Santa María es de estilo rococó, proviene del antiguo convento de la Compañía de Jesús de la misma ciudad y su ejecución se les acerca a los hermanos Cañero. Presentaba un estado de conservación deficiente debido al propio historial del bien, a la degradación natural de los materiales constitutivos y a las intervenciones que ha sufrido. El soporte, en cambio, se encontraba en muy buenas condiciones.

El proyecto tiene como base la recuperación del esplendor del retablo mayor de la Iglesia de Santa María, "obra singular de nuestra diócesis". Según se detalla en el informe de la delegación, “las policromías se encontraban totalmente ocultas por repintes bastante extendidos y una capa de barniz totalmente virado”.

La limpieza general, la consolidación del soporte y la eliminación de barnices son las primeras actuaciones que se están llevando a cabo. Posteriormente se reintegrarán aquellas zonas que lo requieran y se aplicará una capa protectora. Se trata de un trabajo conjunto que cuenta con la colaboración del párroco, Rafael Calderón; el delegado diocesano de patrimonio, Antonio Rodríguez Babío; el consejo parroquial, hermandades con sede en este templo y particulares. Igualmente, desde la Delegación de Patrimonio se destaca la ayuda que está prestando el consistorio ecijano.