Antecedentes de un cartel total
El cartel gaditano arroja personalidad y nos prepara para el anuncio de Sevilla
El cartel de la Semana Santa de Sevilla se presentará el 25 de febrero
Aún recuerdo aquella visita, casi improvisada, al estudio de Dani Franca, alejado de cualquier intromisión urbana y alejado de todo, en general. Invitados por nuestro amigo Antonio Bermudo, quien desgranó vida, obra y personalidad de su predilecto paisano Antonio Eslava Rubio, Franca nos recibió con esa sinceridad sin trampantojos que se aloja en su sonrisa. En uno de los rincones de su estudio, y siempre sobrevolando el jazz y el blues, se inclinaba sobre el caballete su última obra, terminada y lista para ser presentada. Se trataba del cartel del 75 aniversario del Señor del Descendimiento, de la Hermandad de la Quinta Angustia de Carmona.
Aún recuerdo la impresión que nos causó. Una especie de Gernika cofradiero, en vertical, cargado de sombras y de blancos, de luces y de sombras, de jirones incompletos que se desprendían de la tinta misma. Unos rostros goyescos sobre terrenos deformes, el cuerpo descendido sin facciones ni certezas. Como si una fotografía prehistórica se hubiera desecho en un pergamino grisáceo. Un cartel en el que estaban impresas todas las culturas que hicieron de Carmona algo más que un lucero.
El pasado jueves, cuando descubrimos el cartel de Cádiz, me regresó aquel lienzo indefinible. El Cristo de la Buena Muerte encajaba, sin añadidos, en el concepto de Dani. Sus facciones, los mechones inacabados y salvajes, los ojos cerrados esperando nadie sabe qué... Y como ha escrito un buen amigo en redes sociales: "Verticalidad para un cartel que muestra una visión horizontal". Efectivamente, la imagen nos interpela directamente. Las máscaras carnavalescas, las orlas de cultos en una pared desconchada, hacen el resto. A excepción de los grafismos que se corresponden con una supuesta transcripción del habla andaluza, que es el ingrediente que más debate ha generado, el cartel cumple con su sentido de la llamada y el anuncio.
El próximo 25 de febrero, el mismo autor presentará su cartel de la Semana Santa, esta vez para nuestra ciudad. Tras los aciertos de Chema Rodríguez y Manolo Cuervo (en línea con la, al fin, valiente apuesta del Consejo de Hermandades), los cofrades poco a poco habitúan su mirada y su crítica a una pintura diferente, internacionalmente reconocida y más que ajustada a la fiesta mayor de Sevilla y a sus poliédricas interpretaciones. Cuando circule, veloz e inapresable, por las redes sociales, despojemos nuestros prejuicios y alcancemos a comprender que la Semana Santa de Sevilla se puede -y se debe- representar de infinitas formas. Es esa raíz la que la mantiene viva e indestructible como ente absoluto e inigualable.
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