Un Viernes Santo para los sentidos en Sevilla
El Palquillo
La jornada estuvo marcada por el calor y una afluencia en las calles que fue aumentando conforme avanzaba la tarde
La hermandad de Montserrat en imágenes
Las imágenes del Cachorro en la Semana Santa de Sevilla, 2023
La hermandad de la Carretería, en imágenes
Imágenes de la hermandad de la O
La hermandad de San Isidoro en imágenes
Los Viernes Santo son para saborear el romanticismo de la Carretería para encaminarse después a Carlos Cañal y salir al encuentro de la Soledad de San Buenaventura y, desde allí buscar esa prolongación de Triana en la que se convierte Reyes Católicos con el Cachorro primero y después la O.
Hay que armarse de paciencia, pero la relativa amplitud de la calle hace que sea un sitio en el que las zonas de sombras se agradecen con las altas temperaturas con las que ha empezado el Viernes Santo, preludio de lo que se espera para el Sábado Santo, cuando se prevé que se superen los 30 grados. Un calor que deben notar como nunca los nazarenos de la Carretería con su túnica completamente de terciopelo con guantes negros, una de las más caras de la Semana Santa junto con la de la Esperanza de Triana.
Ya sea en una silla de la carrera oficial, en los palcos o esperando a la hermandad de la O en la calle Rioja los objetos más deseados son un abanico y la botella de agua, que en algunos sitios llegan a venderla por precios que parece que llega directamente de los manantiales del Kilimanjaro. Hasta tres euros se han llegado a pagar por una de las pequeñas. Eso sí, fría. En la Campana los abonados se protegen del sol con los paraguas de papel tan propios de países asiáticos.
El día de los sonidos
Pero el sonido de la tarde en el centro es el de la matraca de la Giralda que llama a los Oficios sorprende a los que pasan por la zona de la Catedral. Es una cruz hueca de madera que está situada en el cuerpo del reloj , una planta inmediatamente superior a la de las cuatro jarras de azucenas. Cuando gira y emite un sonido similar a un martilleo. La matraca es una cruz de madera hueca, colgando por el interior de sus brazos unas mazas, que al girar dan un sonido grave, seco y austero. Su finalidad es convocar a los fieles a los oficios en los días de Jueves a Sábado Santo. Es cuando no suenan las campanas en señal de duelo por la muerte del Señor.
En algunos de los pasos el redoble de los tambores también cambia, con la cadencia del toque de duelo. Porque la Semana Santa en Sevilla es la fiesta de los sentidos, sobre todo de la vista y el oído.
Y si el sonido de la tarde es el de la carraca de la Giralda, el de la noche es el del muñidor de la Sagrada Mortaja. Muy serio, como corresponde al entierro de Cristo. Hace años, cuando la cofradía llegaba al convento de la Paz, cuando el nazareno llamaba a la puerta, desde dentro preguntaban: ¿Quién llama?, para responder un lacónico: "La Muerte".
La entrada del Cristo del Cachorro en la Campana con Silencio Blanco fue otro de los sonidos de Viernes Santo. El Crucificado de la mirada imposible entrará dos veces por este lugar a la carrera oficial en 24 horas y cuando llegue el Domingo de Resurrección, habrá salido tres veces en este año, si se incluye el vía crucis del pasado 26 de febrero en conmemoración de los 50 años del incendio de la capilla que dañó seriamente las piernas del Cachorro y quemó completamente la imagen de la Virgen del Patrocinio, la señorita de Triana que cada vez tiene más devoción entre los trianeros. En general, se han vuelto a las marchas clásicas en los recorridos de las cofradías de este Viernes Santo.
Las curiosidades del Viernes Santo
Esta jornada es para no perder detalle. Cada hermandad, cada paso, pone a prueba la agudeza visual. Desde la ausencia de maniguetas en el paso de misterio de la Carretería hasta buscar en el cortejo de Montserrat a la Fe o la mujer Verónica, que este año llevaba el paño pintado por José Cabrera Lasso de la Vega. Este año habrá dos Verónicas, una para el Viernes Santo y otra para el Santo Entierro Grande de este Sábado Santo de 2023.
En la candelería de la O se pueden leer los nombres de los niños a los que su Fundación ha ayudado y en la Mortaja, contar los 18 ciriales. También hay olores propios de este día, como el del azahar de la Virgen de Loreto.
La afluencia de público va creciendo a medida que avanza la tarde, a pesar del partido de Liga del Sevilla porque como dicen entre los que están esperando en la puerta de San Isidoro, "en Sevilla hay gente p'à to". Hacia las nueve de la noche las calles vuelven a ser un auténtico hervidero donde más que nunca los turistas destacan entre los vecinos. Entre los primeros atuendos veraniegos y de colores vivos, entre los sevillanos, prendas mayoritariamente oscuras. Porque, más allá de las creencias y la fe de cada cual, en estos días "se viste de oscuro", le explicaba una madre a su hija adolescente.
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