Viernes de Dolores especial en Santa Clara

Unos 230 alumnos del Colegio San Pelayo acompañan al Nazareno de la Paz, al Cristo del Perdón y a la Virgen del Amor.

Viernes de Dolores especial en Santa Clara
Viernes de Dolores especial en Santa Clara
Javier Gotor / Sevilla

30 de marzo 2012 - 17:48

La barriada de Santa Clara vivió ayer uno de sus días más importantes del año. Era viernes de Dolores y salía su cofradía, la del Colegio de Educación Especial San Pelayo. En 1962 se creó el centro para niños con dificiencias físicas y psicofísicas, que en 1979 fue adoptado por Cáritas Diocesana de Sevilla y la Caja de Ahorros de Sevilla (actual Banca Cívica).

La historia de esta cofradía es larga. Desde hace treinta y cinco años sale en procesión este cortejo desde el colegio San Pelayo, aunque ha sufrido, como todos, el paso del tiempo. Lo que en los inicios eran niñas vestidas con mantillas hechas con bolsas de plástico negro, botellas de plástico como candelabros de cola, y una muñeca representando a la Virgen, ha evolucionado a una cofradía cuidada y digna en el que los alumnos son los protagonistas. “Cuando empezamos a salir, el polígono de San Pablo era todo campo”, comenta María de los Ángeles Guerrero, actual directora del centro.

El cortejo cuenta con doscientos treinta alumnos de entre tres y sesenta años. Portan la cruz de guía, el paso de madera con el Nazareno de la Paz. Tras éste continúa el paño de la Verónica, el Cristo del Perdón, que es portado en andas, y tras las niñas de mantilla, el paso de palio de la Virgen del Amor. Todas las esculturas son obras de un profesor del centro e imaginero, Juan de la Cruz, y del carpintero Juan Antonio González.

“Los niños disfrutan mucho pero los padres y las familias más que ellos”, decía una de las madres de un discapacitado de alrededor de cuarenta años. Su hijo, Rafael Blanco, es uno de los pioneros de la cofradía y sale de patero en la Virgen del Amor desde que empezó a salir la imagen. Ahora pertenece a la Asociación Niños con Amor, una organización que trata a los mayores de veintiún años. Algunos centros cercanos también participan y se acercan a ver la procesión, como es el caso del colegio Los Rosales y La Salle.

Los talleres de carpintería formado por los mismos alumnos del centro, junto con los de la asociación, se ponen en marcha un mes y medio antes de la fecha para poner a punto los enseres e incluso crear nuevos. Además el barrio se vuelca en la preparación de la cofradía, donando flores para los pasos, hidratando a los chicos a lo largo de su recorrido por Santa Clara y bordando las bambalinas del palio. Cada uno en el campo que se le de mejor. “Estas actividades suben el autoestima de los chicos notablemente y les estimula en su evolución y relación con los demás”, decía María de los Ángeles.

Una labor encomiable que no necesita de agradecimientos para unos educadores que dan todo lo que tienen para hacer por un día protagonistas a los alumnos discapacitados del colegio San Pelayo. Ha salido su cofradía. Han vivido su Semana Santa.

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