Vicente Flores: "Los abonados son personas, no clientes anónimos"
El único hermano mayor que se pronunció contra el nuevo reglamento de sillas, el catedrático Vicente Flores, exige respeto para más de 20.000 usuarios de la carrea oficial
El 27 de diciembre, casi un año después de haber anunciado la suspensión de las procesiones de la Semana Santa 2021, el Consejo de Hermandades y Cofradías convocaba a los hermanos mayores para aprobar el nuevo reglamento que regula los abonos de la carrera oficial, de cuyos ingresos se benefician la totalidad de las cofradías. De las 125 hermandades solo participaron 70. Se registraron 67 votos a favor del reglamento, dos noes (Los Estudiantes y el Dulce Nombre) y una abstención (la Paz).
Tras la suspensión de las procesiones en 2020, la primera Semana Santa en pandemia, el Consejo terminó ofreciendo la posibilidad de devolver el dinero a aquellos abonados que lo solicitasen, tal como manifestaron los hermanos mayores en la asamblea extraordinaria del 26 de mayo. En 2021 no se llegaron a cobrar. Ahora, con una Semana Santa todavía en el aire, el Consejo que preside Francisco Vélez vuelve a presentar un reglamento en el que no se contempla la devolución del dinero en caso de suspensión de los desfiles procesionales, por lluvia u otro motivo, tal como recoge en su artículo 7.
Vicente Flores Alés, hermano mayor de la hermandad de la Paz, fue el único que quiso intervenir en este último pleno extraordinario, tal como adelantaba en exclusiva El Fiscal de Diario de Sevilla. El catedrático de Materiales de Construcción y ex concejal del Partido Popular en Sevilla, ha concedido una entrevista a este periódico en la que expresa su postura y la de su hermandad ante esta cuestión.
-¿Por qué no ha respaldado el reglamento?
Es verdad que el artículo no cambia, pero entendía que en la situación en la que estamos, al menos una disposición transitoria generaría una tranquilidad en los abonados. Que el 27 de diciembre a las 9 de la noche que estés aprobando eso para el 1 de enero lanzar las cartas del pago para los abonos, me parecía inadecuado. Hace cinco años nadie reparaba en eso, porque sabíamos que la única suspensión es por lluvia, y si llueve todo el mundo sabe que las cofradías han tenido que montarse y afrontar sus gastos. Mala suerte. Hay que entender que a la gente le supone mucho dinero los abonos para decir "ya veremos después cómo se dan las cosas". Los abonados son personas como tú y como yo, no es un cliente anónimo.
-¿Plantea alguna solución ante esta problemática?
Comenté muy de pasadas la idea de establecer una especie de cronograma, porque no es lo mismo lo que ocurrió el año pasado, cuando prácticamente no había ningún gasto asumido a que tengas un problema 15 días antes de Semana Santa, y puedo entender que la devolución no pueda ser la misma.
Es una cuestión de imagen pública, y de planear una situación en la que la gente sepa que aquí la voluntad no es la de "me quedo con el dinero y ya veré". Entiendo que el Consejo el 27 de diciembre no tenía capacidad para legislar con concreción nada, es evidente, porque hay incertidumbre, pero de alguna manera se podían haber puesto algunas cartas sobre la mesa y en el caso -Dios no lo quiera- de que ocurriese algo adoptar las medidas oportunas.
-¿Debería entrar el Ayuntamiento en este asunto, ya que la carrera oficial se instala en su suelo?
Lo desconozco. Pongo el ejemplo de los costaleros. En ese caso es la Consejería de Salud la que tiene que opinar. En el caso de la venta de los abonos no sé si es la Consejería de Consumo la que tiene que decir cómo hay que gestionar eso. El Ayuntamiento deja el uso del suelo y poco más.
-¿Qué escenario contempla para la próxima Semana Santa?
Hace pocos días salía el vicepresidente de la Junta de Andalucía diciendo que la Semana Santa y la Feria se celebrarían con normalidad, y a los dos días te dicen "pero para los ensayos de costaleros esperarse y no los tengáis todavía". Todos pensamos que habrá Semana Santa, pero igual cuando llegue el momento te dice la Junta de Andalucía que el aforo de la carrera oficial es del 75%.
-En cuanto al régimen sancionador, ¿Qué opinión le merece?
Yo no soy jurista, soy químico. Es verdad que me llama la atención porque entra a regular cosas que ocurren fuera de la carrera oficial. Puedo entender que haya un régimen de comportamiento dentro de las sillas, pero no sé hasta qué punto hay capacidad regulatoria de lo que ocurra fuera de las mismas.
-En 2020 sí se devolvió el dinero de los abonos a quienes lo solicitaron, tras la asamblea en los Reales Alcázares. Así lo aprobaron los hermanos mayores.
Es que no tenía sentido. La carrera oficial genera una serie de gastos, y hay que asumirlos entre todos los abonados, es lógico. La instalación de los palcos, las sillas, las alfombras, el control de acceso, la seguridad, la limpieza... Pero todo eso es un servicio al amparo de ver pasar las cofradías.
-¿Le consta que haya hermandades que no puedan vivir sin el dinero de las sillas?
Antes no había subvenciones y las hermandades existían. Las hermandades de los pueblos no tienen subvenciones, y funcionan igual. Cuando históricamente estás teniendo una entrada de dinero por una subvención, tu economía se amolda a recibir ese dinero. Las hermandades que todavía no han unificado sus cuotas han sufrido un menoscabo económico importante.
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