La Soledad ya ayuda en su estudios a 13 alumnos del Polígono Sur

La hermandad puso en marcha hace dos años el Proyecto Azarías para acompañar a los jóvenes en su desarrollo personal

Ignacio Valduérteles, hermano mayor de la Soledad.
Ignacio Valduérteles, hermano mayor de la Soledad.

Una iniciativa que avanza. La clave de la educación de los jóvenes está en su entorno y, por ello, la Hermandad de la Soledad puso en marcha hace dos años el proyecto Azarías para acompañar a los menores del Polígono Sur durante sus estudios, ofreciéndoles todo el apoyo necesario para que puedan desarrollarse de manera correcta. Ya son trece los alumnos que se están beneficiando de esta obra social que pretende ir mucho más allá de clásica y habitual labor caritativa de las hermandades. El proyecto Azarías cuenta con más de tres años de desarrollo y trabajo previo que ha abarcado muchas áreas, desde la jurídica a la financiera.

El proyecto Azarías comienza cuando los alumnos se encuentran en el último curso de la ESO, el último de la educación obligatoria. "Una empresa independiente los selecciona en función de sus capacidades, brillantez y proyección. Hablamos con ellos y con sus padres y les ofrecemos esta ayuda", explica Ignacio Valduérteles, hermano mayor de la Soledad. Desde ahí, la hermandad "acompaña" a estos alumnos hasta que se gradúen en la Universidad. Para facilitarles el camino, ya que en la mayoría de los casos viven en un entorno que no les invita a estudiar, los jóvenes reciben clases de apoyo y refuerzo en las materias que más lo necesiten en una academia, idiomas, técnicas de estudio avanzadas, socialización, tutorías junto a sus padres... Todo un trabajo en equipo.

Cuando el proyecto esté a pleno rendimiento contará con sesenta o setenta alumnos"

El proyecto arrancó con seis menores y ya son 13 los que se integran. Ya hay una chica cursando segundo de Bachillerato. "Cuando esté a pleno funcionamiento habrá unos sesenta o setenta alumnos. Hay que tener en cuenta que cada año saldrán entre diez y doce alumnos y entrarán otros tantos". Aunque todavía no hay alumnos en la universidad, desde la estas instituciones académicas ya están mostrando interés por sumarse a la iniciativa.

La Hermandad de la Soledad está creando unas estructuras sólidas para este ambicioso proyecto. La corporación del Sábado Santo trabaja ahora mismo en dos frentes. El primero es contar con los recursos y fondos suficientes para que el proyecto funcione con ellos, sin depender del presupuesto de la hermandad. "Esto no sale adelante con una rifa o una tómbola. Ya hay muchas empresas que se hacen cargo de los gastos. Es necesario implicar a la sociedad civil. Hay que conjugar a las hermandades como creadoras de cultura y modelos económicos y la Responsabilidad Social Corporativa de las Empresas. Unido el potencial es enorme". Además, la hermandad está estudiando la creación de una fundación, vinculada a la corporación, que sirva como instrumento jurídico.

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