La Soledad de Castilleja de la Cuesta sale bajo palio este Domingo de Resurrección

Tras una Semana Santa lluviosa, se presenta una Pascua Florida donde las predicciones meteorológicas apuntan a cierta mejoría en los cielos. Adelanto de esto último es lo sucedido este Sábado Santo, cuando el tiempo ha dado una tregua, lo que ha permitido la salida de cofradías. Todo indica que el Domingo de Resurrección ocurrirá igual.

Esta jornada tiene especial arraigo en el Aljarafe, donde numerosos municipios celebran de forma particular que Cristo ha vencido a la muerte, piedra angular del cristianismo. Entre dichas localidades se encuentra Castilleja de la Cuesta, con sus famosas vueltas y procesiones vespertinas.

Este año con meteorología adversa propiciará contemplar una estampa distinta a las habituales en la tarde del domingo. Debido a que el pasado Viernes Santo la Hermandad de Santiago (la Plaza) no pudo realizar estación de penitencia por las fuertes precipitaciones, la Virgen de la Soledad saldrá en procesión de gloria bajo palio, aunque con los atributos letíficos, como ya hiciera en la coronación canónica de la década pasada.

De esta forma, la imagen mariana porta el manto bordado en oro sobre terciopelo rojo (color característico de la corporación), fechado en la segunda mitad del siglo XIX, y saya blanca, también bordada en oro, de principios de la pasada centuria. Para la tarde del Viernes Santo luce el manto negro (en señal de luto), también del XIX. Lleva el cetro de reina y la corona que labrara Fernando Marmolejo, conocida como la Grandiosa por su enorme tamaño. Esta presea fue la usada para su coronación canónica.

Habitualmente, para esta procesión se suele emplear un paso con candelabros de guardabrisas en las esquinas y peana elevada que sigue el canon de los utilizados en las imágenes marianas de Gloria.

La procesión viene precedida por la mañana y el mediodía de la famosa vuelta, en la que el simpecado de la hermandad, en carreta de plata, recorre varias calles del municipio. Lo que en un principio era un bando anunciador, se ha convertido después de muchos años en una cita ineludible del Domingo de Resurrección, que se desarrolla en un ambiente totalmente festivo y que constituye, en sí, una romería urbana.