El arzobispo de Sevilla: “Una corona para la Madre que tanto amamos y respetamos”

El arzobispo de Sevilla: Monseñor Saiz corona a Nuestra Señora de la Soledad en Cantillana
El arzobispo de Sevilla: Monseñor Saiz corona a Nuestra Señora de la Soledad en Cantillana / M. G.

La coronación canónica de la patrona de Cantillana, la Virgen de la Soledad, pasará a la historia de la religiosidad popular de la provincia. Todas las opiniones coincidían de manera unánime: nada igual desde hace tiempo. Desde la propia organización del pontifical, que congregó a un millar de personas, y muchas mujeres con mantilla, hasta la procesión triunfal arropada en todo momento por decenas de vecinos.

La patrona canónica Apud Deum y alcaldesa mayor perpetua de Cantillana presidió la misa estacional en su paso. Un pontifical presidido por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, que recordó que la coronación es una muestra del "fervor de hijos" hacia su Madre. Insistió en la necesidad de la transmisión del fervor en cada hogar. "Hoy es la solemnidad de la Trinidad. Un misterio de amor a Dios. El Padre es el origen, el Hijo el amor y el Espíritu Santo, la comunicación”, explicó el arzobispo durante su homilía.

La llegada del arzobispo al recinto del pontifical.
La llegada del arzobispo al recinto del pontifical. / M. G.

"Nuestra Señora de la Soledad camina con nosotros y nos lleva de la mano”, afirmó. "Pedimos especialmente que proteja a los cantillaneros para que permanezcamos fieles a Cristo”, añadió. "Hoy tiene lugar un acontecimiento histórico. Una corona para la Madre que tanto amamos y respetamos", afirmó. "Nuestra Señora de la Soledad, ruega por nosotros", concluyó.

La misa estacional contó con la representación de cincuenta hermandades.
La misa estacional contó con la representación de cincuenta hermandades. / M. G.

El arzobispo colocó la corona a la patrona de Cantillana a las 21:18 e inmediatamente se lanzaron al aire medio millar de cohetes tras una ceremonia en la que estaban representadas cincuenta hermandades de la provincia. Poco más de una hora después, a las 22:30, comenzaba la procesión triunfal de la patrona, envuelta constantemente en un océano de fuegos artificiales. Bien es cierto aquello que dicen que en esta villa siempre es de día. Pasadas las doce y media se realizó un breve acto institucional en el que la alcaldesa, Rocío Campos, dio lectura a un manifiesto en el que se ratificaba la estrecha vinculación que el consistorio y la hermandad han mantenido a lo largo de los siglos.

A partir de ese instante, el cortejo oficial se retiró y la Agrupación Musical Santa María Magdalena de Arahal sorprendió situándose tras el paso de palio interpretando una serie de marchas procesionales, entre ellas, Pasa la Virgen del Refugio o una extraordinaria adaptación de Pasan los campanilleros, con la inclusión de las liras y las flautas, a las puertas de la iglesia de San Bartolomé. Un auténtico momentazo.

La Soledad aún en su porche inicia la procesión
La Soledad aún en su porche inicia la procesión / Hermandad

Antonio Machado, Joaquín Turina, Real... Calles de hondo sabor popular que se volcaron con sevillanas, fandangos y vivas a la patrona cantillanera. La Banda de la Soledad interpretaba un repertorio inédito tras la imagen, pero la ocasión bien lo merecía. Rocío, Rosario de Montesión, Virgen de los Negritos, Coronación... El arrullo del río acompañó a la dolorosa ya bien entrada la madrugada y el punto quizás más álgido de la procesión se alcanzó en la calle Cardenal Spínola, conocida por todos como la Cuesta del Reloj. Una memorable chicotá de quince minutos teñida por infinidad de pétalos blancos que contrastaban con el negro juanmanuelino de su intachable paso de palio y el rebrillar de la corona recién enriquecida.

La Soledad camina por la Alameda de los Barqueros
La Soledad camina por la Alameda de los Barqueros / Hermandad

A las 5:43 minutos, las campanas de la Asunción y una salva de cohetes anunciaban a toda la comarca que la Virgen de la Soledad había protagonizado una jornada antológica de las cofradías sevillanas. Un acto de justicia. Cuatro siglos y medio así lo atestiguan. La patrona de Cantillana ya está coronada.

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