La Semana Santa de Sevilla grabada en la piel
Suelen ser cofrades y costaleros entre los 28 y los 45 años los que deciden llevar en la piel a sus devociones
Miles de años antes del nacimiento de Cristo, el hombre ya se tatuaba la piel utilizando diferentes técnicas. Una práctica conocida por múltiples culturas, y empleada con distintos fines.
Esta práctica llegó a occidente por vía marítima, con las expediciones de Colón a América, por lo que los primeros en tatuar en nuestras tierras fueron marineros. Samuel O'Reilly inventó la primera máquina de tatuaje eléctrica, el 8 de diciembre de 1981, en Nueva York.
La Semana Santa tiene su cabida en este universal mundo del tattoo. No se trata de ninguna moda, aunque es cierto que en las últimas décadas han aumentado su presencia y visibilidad. Devotos y costaleros, en la mayoría de los casos, suelen realizarse este tipo de tatuajes cofrades en brazos, piernas o espalda. "El brazo es una zona muy buena para tatuar, y el cliente lo luce bastante", nos explica José Antonio Rincón, tatuador de 'Berin Tattoos' en San Juan de Azalfarache.
Por su estudio han pasado varios costaleros del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, una de las imágenes más tatuadas. La Esperanza Macarena, el Cachorro o el Gran Poder suelen ser otras de las más solicitadas.
Las edades suelen rondar de los 28 a los 45 años, hombres en su mayoría. Hay para todos los gustos: desde detalles característicos de la cofradía o de la ornamentación del paso, al rostro de las devociones, mayormente. Desde las mariquillas de la Macarena hasta el rostro magullado de Jesús del Gran Poder.
Cada tatuaje encierra una bonita historia, un recuerdo o un homenaje. "El primer Cristo de las Tres Caída de Triana que hice, fue a mi mejor amigo. Era la primera imagen que tatuaba, y le puse abajo el nombre de sus dos hijos, uno de ellos falleció a los pocos días de nacer", relata José Antonio.
Sus clientes vienen no sólo de Sevilla, sino de Málaga, Cádiz, Huelva, Madrid, Extremadura, Galicia... "Tengo clientes gallegos que vienen dos veces al año: en Semana Santa y en Navidad; han venido también desde Madrid para hacerse al Gran Poder y al Cristo de las Tres Caídas, y en el mismo día se han ido de vuelta".
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