El Resucitado cierra una Semana Santa Sevilla espléndida
Domingo de Resurrección
La hermandad de Santa Marina realiza su estación de penitencia acompañada por gran cantidad de público.
Alteró su recorrido por Francos debido a una arqueta en mal estado.
Reválida pasada. La Hermandad de la Resurrección confirmó en la jornada de ayer que el cambio de horario le ha sentado divinamente. La cofradía, tras la experiencia del año pasado, volvió a discurrir por las calles de la ciudad de manera triunfal y acompañada siempre por una gran cantidad de fieles y devotos. La Campana y los Palcos de San Francisco se volvieron a llenar de personas para ver el paso de la cofradía. Los dos pasos fueron en todo momento de manera primorosa, viviéndose momentos muy destacados en Santa Ángela o a las puertas del Colegio la Salle. Como anécdota quedará que la hermandad tuvo que alterar levemente su recorrido por Francos debido a una arqueta en mal estado, tomando Chapineros y Álvarez Quintero para por el Salvador y Villegas retomar su recorrido habitual por la Cuesta del Rosario.
Con las luces de un domingo radiante se ponía la cruz de guía de la hermandad en la calle San Luis, a las 08:29, y apenas diez minutos después pasaba el Señor bajo el dintel de la iglesia de Santa Marina. La salida, bello gesto de la corporación, estuvo dedicada a la Hermandad de los Dolores de Torreblanca, cuyo titular, el Señor Cautivo ante Pilato, presidió desde este templo el Vía Crucis Penitencial en un ya lejano primer lunes de cuaresma. Con la cofradía buscando la plaza de Montesión salía la Virgen de la Aurora, cuya primera levantá estuvo dedicada a los donantes de órganos.
Por el bello itinerario que conduce a la Alameda de Hércules, la hermandad se fue aproximando a la calle Trajano y la Plaza del Duque. La venia en la Campana se produjo a las once de la mañana. Muy arropada estuvo la corporación de Santa Marina en todo el recorrido oficial. Hay que aplaudir el esfuerzo del Consejo en mantener buena parte de las sillas. A la hora del Ángelus pasaba el Señor por los Palcos y poco antes de la una de la tarde, la Virgen de la Aurora completaba la estación de penitencia en la Catedral.
El regreso fue, nuevamente, triunfal, con este recorrido improvisado por el Salvador, donde los niños daban las últimas carreras en la rampa. La hermandad regresó a su templo de manera tranquila y pausada. En torno a la 17:30, la Virgen de la Aurora se recogía en Santa Marina a los sones de Amarguras, echando el telón de una Semana Santa espléndida.
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