La Puebla recupera "Jesús ante el pueblo", la marcha más antigua dedicada a San Benito

Una puesta en valor que nos ayuda a comprender un contexto y una época. La Banda Municipal de La Puebla del Río interpretó anoche, durante su participación en la Exaltación a la Virgen de la Encarnación pronunciada por Francisco Pérez Gamero, la marcha Jesús ante el pueblo, la primera marcha procesional conocida dedicada a la cofradía de La Calzá. Se trata de una recuperación histórica cuyo principal impulsor ha sido José Manuel Castroviejo López.

La marcha, realizada por Manuel Mejías Pérez, fue compuesta y estrenada en el año 1951 tras la dolorosa de San Benito. En aquel Martes Santo la interpretó la Oliva de Salteras, formación que acompañaba musicalmente a la imagen por entonces y en cuyo archivo se hallaban las partituras originales. La marcha dejó de interpretarse años más tarde hasta anoche, cuando numerosos cofrades la descubrieron por primera vez.

La marcha no se interpretará el próximo Martes Santo, pero sus partituras y su recuerdo permanecerá en el archivo y la memoria de esta corporación que, aunque posee numerosas marchas procesionales dedicadas, esta fue la primera que se dedicó a la venerada imagen de la Calzá.

Su autor

Gran desconocido es el músico y compositor Manuel Mejías Pérez (1903). Pacense de nacimiento (Segura de León, comarca de Tentudía), Mejías fue subdirector de la Banda del Maestro Tejera en los años 50-60 según apunta Patrimonio Musical. Aprendió música en su pueblo con un amigo, zapatero de profesión. En 1933 su familia se trasladó a Sevilla, retornando a su localidad natal al comenzar la Guerra Civil. Terminada la contienda regresó a Sevilla, donde perteneció a varias orquestas. Tocaba el violín, el saxo, el clarinete y la trompeta.

A principio de los cuarenta formó un grupo musical con su hijo y sus dos hijas. Solía escribir música en la taberna El Colmo de la Puerta Osario, frente a media botellita de vino. Finalmente falleció el 28 de septiembre de 1972 en Sevilla. Además de las marchas procesionales, compuso algunos pasodobles, entre ellos, el dedicado al torero Manuel Carmona, y varios valses y boleros. Otras marchas debidas a su firma son Desprecio de Herodes a Jesús (1950 y dedicada a la Amargura), Santísimo Cristo de Burgos (1954) o Mi Macarena, fechada en 1960.