La Policía levanta a 50 personas de las sillitas al día en Semana Santa sin necesidad de multa

Balance

La labor informativa evita llegar a la sanción

Muchos usuarios cerraban el asiento al percatarse de la presencia de los agentes

El balance de la Semana Santa de Sevilla 2024: La lluvia resta público y reduce la basura

Público sentado en sillitas la pasada Semana Santa.
Público sentado en sillitas la pasada Semana Santa. / Rafa Del Barrio

Una de las novedades en la Semana Santa de 2024 ha sido el aumento de la vigilancia en el uso de las sillitas. El asiento portátil que tanto furor ha causado la última década en el público que acude a ver las cofradías se ha convertido en uno de los principales elementos a controlar en el plan de seguridad del Ayuntamiento de Sevilla. El gobierno de José Luis Sanz anunció que en su primer año pondría en marcha una iniciativa que contemplaba sancionar a quien hiciera uso reiterado de ellas, al elevar el riesgo de tapón en la vía pública. Sin embargo, la celebración religiosa -marcada por la lluvia- ha concluido sin ninguna multa por la utilización de la sillita gracias a la labor informativa llevada a cabo por la Policía Local, que ha levantado previamente a una media diaria de 50 personas de este asiento en jornadas con cortejos penitenciales.

La meteorología adversa que ha protagonizado esta Semana Santa ha relativizado el efecto de las medidas de seguridad puestas en marcha por el gobierno local. Sin cofradías en la calle, el uso de la sillita quedaba sin sentido. Por tanto, no se puede hacer uso de un balance general para saber si dicha tendencia disminuye tras el plan llevado a cabo por el Ayuntamiento. Lo único cierto es que la erradicación o disminución de su uso se convierte en un objetivo a largo plazo en el que resulta clave la concienciación ciudadana sobre el riesgo que entraña tal artilugio.

En este sentido, según datos aportados por fuentes municipales a Diario de Sevilla, ya empiezan a contemplarse ciertos brotes verdes. Aunque también en esto último conviene matizar. La Semana Santa sólo ha tenido este año cinco jornadas con cofradías. De ellas, una solamente ha sido plena, el Sábado Santo. Cuatro cofradías tuvieron que interrumpir su estación de penitencia ante la aparición de la lluvia, mientras que 38 no pisaron la calle. Sólo 18 la completaron. Un triste cómputo para la edición más desastrosa -sin contar los años de pandemia- desde que comenzó el siglo XXI.

Menos público

En tales circunstancias, como refleja el balance dado a conocer por el propio alcalde, ha disminuido el público y, por tanto, las situaciones de riesgo generadas. Por tal motivo, la sillita ha tenido menos presencia que años anteriores. No obstante, los días de cofradías sí se ha hecho uso de ella, lo que ha obligado a intervenir a la Policía Local. En estas jornadas se ha levantado a unas 50 personas de estos asientos, sin necesidad de ser multadas.

Tal labor la ha llevado a cabo por primera vez un dispositivo policial formado por un oficial y diez agentes, pertenecientes a la Unidad de Agentes Tutores. Su cometido es informativo, por lo que se persigue concienciar a los ciudadanos de que respeten la señalización que indica que en determinadas zonas está prohibido el uso de la sillita. Además, se les explica el peligro que supone este asiento en caso de evacuación.

Sanz defiende que el resultado de dicho trabajo ha sido "muy positivo", puesto que "los ciudadanos han respetado las indicaciones de los agentes y han recogido las sillitas". "Este dispositivo, que se ha situado siempre por delante de la llegada de las cofradías, ha recibido el agradecimiento de las hermandades", abunda el alcalde.

El Domingo de Ramos fue clave

La media de personas levantadas de las sillitas en días de cofradía ha oscilado entre las 40 y 50. El día clave para evitar su uso fue el Domingo de Ramos, la jornada en la que el trabajo de estos agentes tutores resultó más intenso. "El resto de días, el público, al percatarse de la presencia de la Policía, directamente se levantaba y cerraba la sillita", explican fuentes municipales. Una conducta que ha evitado la interposición de sanciones.

No obstante, desde el Ayuntamiento se reconoce que estos resultados son sólo el principio de un largo camino aún por recorrer. "Su erradicación supone un trabajo a largo plazo", indican las fuentes mencionadas, que inciden en que el hecho de que haya sido una Semana Santa condicionada por la lluvia impide cuantificar el verdadero efecto de las medidas tomadas contra la proliferación de sillitas.

Lo que está claro es que los bazares chinos siguen haciendo su agosto llegadas estas fechas, como comprobó este periódico en un reportaje realizado el Miércoles Santo, en el que varios responsables de dichos negocios aseguraban que las ventas del referido artículo se mantenían igual que años anteriores. Incluso se ha visto a vendedores ambulantes de estos asientos. De hecho, el Domingo de Ramos se requisaron 28 sillitas a un persona que las iba vendiendo por la calle. En este punto, desde el Ayuntamiento se aclara que en ningún momento se requisó las sillitas a las personas que se les obligó a levantarse de ellas. "Las cerraban y no se les quitaba la sillita", apuntan.

Momentos de tensión

Pese a no haberse registrado incidencias destacables, los días en que hubo cofradías sí se vivieron momentos de tensión en determinados enclaves por la aglomeración de personas. En algunos casos, incluso, la Policía tuvo que intervenir por conatos de peleas. Ante tales situaciones, Sanz, en declaraciones a la cadena SER, ha lamentado que ”sólo hay un inconveniente en la Semana Santa de Sevilla, que siendo la mejor del mundo, atrae a personas que igual pueden estar en una tomatina o una chirigota, y no saben ni lo que están viendo”. Por tal motivo, propone hacer "campañas de concienciación" para el año que viene, "para los que vienen de fuera, para que sepan cómo se tienen que conducir en una bulla".

Conviene puntualizar aquí que muchos de estos problemas no los origina sólo el espectador que viene de fuera, sino los propios sevillanos, en los que el modo de presenciar cofradías ha cambiado mucho las últimas décadas. La Semana Santa de 2024 sólo ha sido la punta de un iceberg.

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