El poema a la Macarena en el pregón de Enrique Casellas: una seguidilla
"Sevilla es una mocita de ojos grandes que responde cuando le dicen Macarena", afirma el pregonero para introducir su poema a la Esperanza
El pregón de la Semana Santa de Enrique Casellas
Casellas desnuda su alma en un canto de amor a Sevilla
De entre los poemas con que Enrique Casellas trufó su Pregón de la Semana Santa de Sevilla este Domingo de Pasión, destacaron especialmente los dedicados a su cofradía de Los Gitanos y a su cofradía consorte de la Macarena, devoción que le llegó por la vía de su mujer, como confesó en la introducción del mismo.
El de la Virgen de la Esperanza es una seguidlla. Y no, no es una seguidilla de Manuel Torre en forma de saeta por seguiriya, de las que arremolinaban al gentío en el entorno de la Alameda de Hércules, cuando seguía siendo un jardín urbano. O de las que cantó el Niño Gloria a esta misma Virgen de la Esperanza en Las Siete Puertas.
Se trata de una seguidilla poética, sobre una base de estrofas de cuatro versos, o más, que concatena heptasílabos y pentasílabos, alternando rima libre o asonante. Enrique Casellas tuvo momentos que emocionaron a Sevilla, a la que termina cantando en un romance precioso que es una loa a esa obra colectiva de amor, tradición y solera que es la Semana Santa.
Los ojos oscuros de la Macarena
Aquí transcribimos esa preciosa seguidilla a la Macarena, que introduce hablando de sus ojos oscuros, detrás de los cuales se haya la esperanza para el que la necesita y la busque.
Dice Casellas que ve en esos ojos oscuros a la misma Sevilla. "La Esperanza tiene los ojos oscuros, no podía ser de otra manera, tras lo oscuro esperamos encontrar la claridad. Por más que vivamos sentenciados ante
las adversidades, detrás de cada suceso, que nos ata las manos y nos lleva como reos hacia nuestro
destino, siempre está la Esperanza".
Y continúa, para introducir su seguidilla: "Sevilla es una mocita de ojos grandes que responde cuando le dicen Macarena".
Seguidilla a la Macarena
¿Has visto aquella guardia
de pluma y lanza?
Esos son los guardianes
de la Esperanza.
·
Temple y arrojo.
Con escudo y coraza
guardan sus ojos,
su tocado de blondas,
sus mariquillas,
su asimétrico llanto.
¡Viva Sevilla!
·
Lleva en sus manos
todas las ilusiones
de esos romanos.
·
Desfilan con un toque
de torería,
un cuartito de gracia
y altanería,
mas su obediencia
se la deben al Cristo
de la Sentencia.
·
Hoy les digo a los hijos
de mis entrañas
que el cristal de esos ojos
nunca se empaña.
Tez cristalina
que reparte Esperanza
por las esquinas.
·
Sevilla es el revuelo,
la Resolana,
el disgusto de Claudia,
la palangana,
·
las décimas de Caro
y el pentagrama
de León y Quiroga,
Salve de Juana.
·
Los donantes de flores
que la engalanan,
El Pali que les canta
por sevillanas.
·
La tarde sumergida
por La Barqueta,
la noche más escrita
por los poetas.
·
El Padre Cué, la
niña de la ventana
y España en un suspiro
que es oro y grana.
·
La gracia del Pelao
y de García
y Martelo vendiendo
la lotería.
·
Las saetas de Marta
y de Pastora,
su eterna calle Parras,
antes y ahora.
·
Calle donde el recuerdo
se me apuntala
y el carbón de sus ojos
nos lo regala.
·
El paso del Sentencia
se quedó quieto.
Ya está el pescao vendío
de los Loreto.
·
Sevilla en el merino
y en las veredas
oscuras de los Torre
por la Alameda.
·
Sevilla en las cornetas,
en los costeros,
en la malla del manto
camaronero.
·
En el atrio y el arco.
Cuando se asoma
en el oro fundido
de su corona.
·
En la estampa que encuentras
por los bolsillos
o en latas que guardaron
carne membrillo.
·
Metida entre las ropas
de las camillas
o guardando los sueños
en las mesillas.
·
Levantando retablos
donde más duele
o amparando al enfermo;
que Ella los vele.
·
Sevilla en los sudores
de los costales,
en el vaivén medido
de sus varales.
·
Sevilla es más Sevilla
donde Ella vaya
pues levanta amoríos
como murallas.
·
Sevilla, tu futuro,
tu remembranza…
pasan por los caminos
de la Esperanza.
·
Dictaron tu sentencia
y no hay razones
que te ofrezcan enmiendas
ni alegaciones.
Cumples condena,
pues te apresó en sus ojos
La Macarena.
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