Ignacio Valduérteles
Siempre se ha hecho así
Juan José Asenjo. Arzobispo de Sevilla.
Monseñor Asenjo vive ya con intensidad su octava cuaresma en Sevilla. Hace un hueco en su sobrecargada agenda para atender un año más a Diario de Sevilla y repasar los principales temas de actualidad que atañen a la Archidiócesis, en la que ya están patentes los frutos de su pontificado. Asegura que el culebrón de la Madrugada no beneficia a nadie. Destaca la valía de los dos candidatos a la presidencia del Consejo de Cofradías y no descarta ampliar la visita cultural a la Catedral. Confirma su buena relación con el alcalde, Juan Espadas. Espera que Santa Catalina pueda reabrir la próxima cuaresma y se muestra preocupado por la situación política de España: "Le pido al Señor cada día por mi patria".
-¿Cómo está viviendo su octava cuaresma en Sevilla?
-Con responsabilidad, como cabe esperar de un obispo. La cuaresma es un tiempo de gracia, especialmente fuerte en el año litúrgico, y estamos convocados a la conversión. Es un tiempo que no podemos desaprovechar ni echar en saco roto, como dice San Pablo. Yo procuro vivirla como cabe esperar de un cristiano.
-Con la experiencia y el conocimiento que le dan estos años en Sevilla, ¿qué le ha agradado más de la Archidiócesis?
-Hay muchas cosas buenas. Me he encontrado con muchos laicos que son excelentes cristianos y que tienen muy buena formación. Gente piadosa, con corazón de apóstol. Personas con mucho vigor apostólico. Me he encontrado con una Diócesis dinámica, que tiene una Cáritas floreciente y un seminario que es una fuente grande de esperanza. He encontrado en los laicos muchos deseos de formarse, por eso el éxito del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, que tiene más de 300 alumnos. Es una Diócesis en camino y en la que se está trabajando muy bien.
-¿Cuáles son los retos actuales de la Iglesia de Sevilla?
-En este año, el plan pastoral nos señala la recepción y el afianzamiento del Directorio Pastoral de la Iniciación Cristiana. Estamos dando buenos pasos con la pastoral de los tres sacramentos de la Iniciación Cristiana: el Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación. En todos estos casos potenciamos la catequesis. Es curioso que son muchos los adultos que están haciendo la catequesis de preparación para la confirmación. Se está confirmando un número ingente de adultos. El segundo polo de atención es la celebración como corresponde del Jubileo de la Misericordia. Estamos también realizando un camino muy aceptable de peregrinación, de potenciación del sacramento de la Penitencia, del objetivo último del jubileo, que es la conversión. El Papa ciertamente está procurando la reforma de las estructuras de la Iglesia, de la curia; pero en último término busca la conversión de los corazones. También estamos dando pasos en la cercanía con los pobres en este año jubilar y lo que va a quedar como hito es ese centro de reinserción laboral de jóvenes que vamos a crear en Su Eminencia. Luego también está el reforzamiento de la Acción Católica y la elaboración del Plan Pastoral para los próximos cinco años. Esos son los objetivos de este año.
-¿Ha solicitado ya el segundo obispo auxiliar?
-Todavía no, pero sí pienso solicitarlo porque aquí hay trabajo para tres obispos. Ciertamente es una Diócesis muy grande, muy viva y hay trabajo para los tres. La Santa Sede suele conceder un obispo auxiliar por cada millón de habitantes y aquí estamos muy próximos.
-La Unesco ha galardonado a la Catedral por su modelo de visita cultural. ¿Le gustaría que la visita tuviera más contenido espiritual?
-Yo estoy contento de cómo se soluciona esa tensión entre el culto y la visita cultural. Pienso que el Cabildo está atendiendo bien a los dos flancos. El culto se realiza correctamente, incluso con esplendor, se atiende muy bien al confesionario, etcétera; pero también se facilita la visita cultural. Tal vez podríamos intentar hilar más fino y darle una proyección y dimensión más pastoral y evangelizadora a la visita cultural. Hay experiencias en este sentido en Europa, sobre todo en Italia y en Bélgica. Hay una institución que se llama Ars et Fides (Arte y Fe) que está procurando aprovechar la visita cultural para anunciar a Jesucristo, para evangelizar, en una palabra. Ojalá aquí pudiéramos hacer algo en este sentido. Las experiencias hechas en otros lugares son muy positivas.
-¿Cree que se podrían ampliar las visitas a la noche?
-Siendo yo obispo de Córdoba negociamos, por iniciativa del Ayuntamiento, la visita cultural en la noche que se inauguró estando yo ya en Sevilla. Nosotros no estamos cerrados a esta posibilidad siempre que se nos presente una propuesta concreta sobre la que podamos dialogar.
-El sábado se inauguró una gran exposición por el Año de la Misericordia. Como persona experta en arte, ¿qué opinión le merece?
-La valoro muy positivamente. La conocí en la tarde de su inauguración, aunque no era el mejor momento. Me tengo que escapar un rato para conocerla con más profundidad, pero me ha parecido un buen proyecto, un buen relato en torno a la misericordia de Dios, a la misericordia de la Iglesia, como su quehacer prioritario, y a la misericordia como compromiso de todos nosotros. Creo que la exposición consigue ampliamente su finalidad, aparte de que es muy hermosa y se muestran obras muy valiosas del patrimonio catedralicio y de otras instancias, como esta casa, de la que se ha llevado el retrato del fundador de la Universidad de Sevilla: Maese Rodrigo Fernández de Santaella, de Zurbarán.
-¿Espera que, por fin, más hermandades presenten sus cuentas y colaboren con el Fondo Común Diocesano?
-Espero que sí, que todo esto quede bien reflejado y subrayado en las normas que esperamos publicar en pascua. Las nuevas Normas sobre Hermandades y Cofradías tratan de cubrir las lagunas de las anteriores. Espero que ahí quede todo bien fijado y explícitamente para que todo el mundo tome nota y colabore con la administración diocesana en la medida de sus posibilidades.
-¿Se pondrá una aportación fija mediante un porcentaje?
-Creo que sí, que será un porcentaje indicativo. Habrá quien podrá hacer un esfuerzo mayor, pero también habrá quien pueda aportar menos y tenemos que ser comprensivos.
-¿Se animará este año a vivir alguna procesión a pie de calle?
-No es verdad que yo no haya visto procesiones a pie de calle. He estado en el palquillo, en el palco del Ayuntamiento, he estado en la Catedral; y desde luego he recibido a incontables hermandades en la Puerta de San Miguel y las he despedido en la Puerta de los Palos. Conozco las procesiones de Sevilla, por lo tanto.
-¿Cómo ha vivido todo el conflicto de la Madrugada?
-Con un poco de hartazgo. Estas cosas hay que solucionarlas con mayor celeridad y no estar en la prensa a todas horas. Eso ni beneficia a las hermandades y, en último término, también perjudica a la Iglesia porque es una invitación a tomarnos poco en serio, y con gente poco seria, poco generosa a la hora de ceder y solventar nuestras diferencias.
-¿Son egoístas las hermandades?
-Cada una defiende su parcela y sus convicciones. No creo que sea una cuestión de egoísmo, pero sí tal vez de falta de generosidad.
-¿Cómo ve que haya dos candidatos para presidir el Consejo de Cofradías?
-Lo veo con respeto. Así como en el caso de las hermandades yo inculco, predico, exhorto a que sólo haya una candidatura de consenso que beneficia la cohesión interna y la unidad, porque cuando hay dos candidaturas suele haber después heridas que no son fáciles de restañar; en el caso de las candidaturas al Consejo no es homologable. Es un caso distinto. No se corre el riesgo de mellar la comunión entre las hermandades. Lo veo con respeto y voy a observar una exquisita neutralidad. No me corresponde optar por ninguna de las candidaturas.
-¿Le hubiera gustado que fuera sólo un candidato?
-Lo hubiera respetado. Me hubiera parecido bien, sí. Pero si hay dos, también me parece bien.
-¿Qué opina de los candidatos?
-A los dos los conozco y creo que son excelentes candidatos. Don Joaquín Sainz de la Maza ha colaborado conmigo estrechamente en estos años. Yo acudí a él en un momento crítico de Manos Unidas. Me ha ayudado a reflotarla y a reorganizarla. Ha hecho una tarea de orfebre, una tarea excelente y le estoy muy agradecido. En el caso de don Enrique Esquivias, creo que es un buen cristiano, que hizo una gran labor cuando fue hermano mayor del Gran Poder y me parece que tiene toda la legitimidad del mundo para optar a la presidencia del Consejo. Ya luego tendrán que ser los hermanos mayores quienes se decanten por uno u otro.
-La semana pasada la Hermandad de la Esperanza de Triana firmaba un convenio para duplicar su aportación con los seminarios. ¿Siguen gozando de buena salud?
-Gracias a Dios, sí. El Metropolitano tiene 48 seminaristas; el Menor cuenta con ocho solamente, Dios quiera que el año que viene entren más; y el Seminario Redentoris Mater tiene 16: en total 72. Es un número muy estimable para lo que ocurre en otras diócesis. Estoy muy agradecido al Señor y a los formadores que se están dejando la piel al servicio de la Diócesis y de los seminaristas. También a los sacerdotes que tratan de suscitar vocaciones y acompañarlas. A los sacerdotes de las parroquias, que se toman muy en serio la pastoral de las vocaciones. Al pueblo cristiano en general y a las contemplativas, monjas de clausura, que rezan para que el Señor nos traiga vocaciones. Estoy muy contento.
-Anunció el domingo que el 14 de octubre de 2017 sería la coronación de la Virgen de la Salud. ¿Ve una buena ratio una coronación al año?
-Sí, creo que es adecuada. No se puede estar coronando cada dos meses porque se desacredita, se desvaloriza la coronación misma. Por otra parte, una coronación siempre es un acontecimiento extraordinario que hay que preparar bien, que tiene que tener un claro proyecto evangelizador, un claro proyecto pastoral. En el caso de San Gonzalo habrá una misión popular para todo el barrio y la parroquia. También habrá un proyecto social consistente. Por eso yo me he decidido a coronar esta imagen.
-¿Cómo es la relación con el alcalde, Juan Espadas?
-Tuve muy buena relación con don Juan Ignacio Zoido y sus colaboradores y tengo muy buena relación con don Juan Espadas y sus colaboradores. Estoy obligado a entenderme bien con las autoridades, sobre todos con aquellas que requieren un diálogo y una relación fecunda y cordial con el Arzobispado. No tengo quejas del actual Ayuntamiento. Estamos trabajando bien y colaborando bien.
-El alcalde quiere potenciar el patrimonio religioso para atraer más turismo. ¿Qué le parece?
-Me parece bien. Nosotros brindamos nuestros bienes culturales para la contemplación, el estudio por los eruditos e investigadores y también para la contemplación de la generalidad de los ciudadanos. Si podemos contribuir a incrementar el turismo estaremos contentos de hacerlo, aunque no sea nuestra finalidad. La finalidad del patrimonio cultural, que tiene, como expliqué durante la inauguración de la exposición Misericordiae Vultus, una función, en primer lugar, doxológica: surge para la gloria de Dios que se merece siempre lo mejor y por eso se construyen edificios tan bellos; en segundo lugar, tiene una finalidad catequética, evangelizadora: a través del patrimonio cultural se puede anunciar a Jesucristo, a través de belleza material mostramos la belleza inmaterial que es el rostro hermosísimo de Cristo resucitado; y si además todo eso sirve para que la ciudad secular pueda lucrarse, pues yo no considero que sea un despropósito. Nosotros brindamos también nuestros bienes culturales para el servicio del bien común.
-¿En qué estado se encuentra la Iglesia de los Terceros?
-No tengo noticias. Aunque pertenezca al patrimonio diocesano está entregada a perpetuidad a la Hermandad de la Cena, que es la que tiene la obligación de conservarla. No me han presentado ningún escrito o proyecto.
-¿Confía en la reapertura de Santa Catalina para la cuaresma del próximo año?
-Ojalá, ojalá. Ya llevamos algún retraso. Estamos esperando que se nos entregue el proyecto de la tercera fase, proyecto que iba a venir en los últimos días de enero, pero que todavía no tenemos. Ese proyecto lo tendremos que entregar a las empresas constructoras para que nos presenten sus plicas para poder elegir una y empezar las obras. Ojalá sea antes de finalizar la cuaresma.
-¿Le preocupa la situación política de España?
-Sí me preocupa, sí. Yo rezo por España todos los días. Nos lo exige el cuarto mandamiento de la Ley de Dios, que además de honrar y amar a nuestros padres, nos impone honrar y amar a nuestra patria. Yo pido al Señor que en estos momentos de dificultad, con un horizonte poco despejado, nuestros políticos sean capaces de, con gran generosidad y amor a España, buscar el bien común de todos los ciudadanos, más allá de sus gustos u opciones partidistas y particulares. Que busquen la paz, la justicia, la libertad... también la unidad de España. Eso es lo que pido al Señor cada día para mi patria.
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