Marcelino Manzano: “No presentar las cuentas va a tener consecuencias para las hermandades”
Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías de Sevilla
Advierte de que, además de ser una obligación canónica, las cofradías deben hacerlo por la normativa civil y van a exhortarlas próximamente para que cumplan con las normas
Marcelino Manzano recibe a este periódico en su despacho de Palacio Arzobispal en plena cuaresma. Allí despacha los muchos asuntos que le plantean las más de 500 hermandades y cofradías de la Archidiócesis de Sevilla. Se muestra contento por la gran afluencia de fieles al Vía Crucis de las Cofradías que presidió el primer lunes de cuaresma el Cristo de los Gitanos. No se muestra excesivamente preocupado por el temido coronavirus. Sí lo está por las pocas hermandades que presentan sus cuentas, prácticamente las mismas que aportan al Fondo Común Diocesano, y les lanza una advertencia: tendrán que hacerlo o habrá consecuencias.
–Con toda la psicosis que hay con el coronavirus, ¿han recibido alguna recomendación para las hermandades a la hora de celebrar sus cultos?
–No, no ha llegado nada de momento. Cualquier medida o recomendación que se haga a las hermandades tiene que venir del vicario general. Hasta ahora mismo no ha habido ninguna indicación para el ámbito eclesial, lo que no quiere decir que no las haya en los próximos días según la evolución. Cuando la Gripe A ya se hizo alguna indicación.
–¿Cree que pueden estar en peligro las procesiones de Semana Santa?
–Personalmente creo que no. La evolución que veo no indica que tengamos que tomar medidas tan drásticas. Sí a lo mejor habrá que desarrollar algunas precauciones si así lo indican las autoridades sanitarias, que son las que tienen que hacerlo. Hay que vivir las cosas con serenidad y con las cautelas que hemos tomado toda la vida. Incluso en los besamanos hay mucha gente que sólo se acerca y hace la reverencia.
–Estará satisfecho por cómo se desarrolló el Vía Crucis del primer lunes de cuaresma.
–Sí, sí. Primero por la ilusión y la actitud de la Hermandad de los Gitanos, que se ha volcado en todo. Los actos previos fueron magníficos, emocionantes y masivos. El rezo en la Catedral también se vivió con recogimiento. La imagen tiene muchísima devoción y ha sido masivo.
–Supongo que no estará tan contento con la rendición de cuentas de las hermandades...
–Pues sí. Nos vamos a dirigir próximamente a las hermandades para recordarles esta obligación canónica, ya con la particularidad de que la normativa civil les exiges estar al día en la rendición de sus cuentas. Es uno de los requisitos para la inscripción en el Registro de Entidades Religiosas. Desgraciadamente, todavía hay un gran número de hermandades que no han tomado conciencia de esto. Y es por su propio bien. Las vamos a exhortar a ello y a advertir que la no presentación de cuentas va a tener consecuencias para las hermandades. Es prevenirles de que les puede acarrear consecuencias negativas. Queremos el bien para las hermandades, que es el bien de la Iglesia.
–También flojea la participación en la Escuela Diocesana de Hermandades.
–Proporcionalmente la escuela, el mejor instrumento de formación cristiana y cofradiera que tenemos, no está encontrando la respuesta que esperábamos. Yo entiendo que pueda haber dificultades por la asistencia, la distancia... pero merece la pena el esfuerzo. Que al menos puedan enviar una persona. El Consejo facilita hasta 20 becas. Yo la recomiendo vivamente.
–Nos encontramos un año más con la negativa a la procesión del Cristo de los Desamparados en un paso, pero sí veremos a una cofradía pirata cruzar el centro el Viernes de Dolores...
–Las asociaciones civiles se nos escapan del control. Hay que apelar siempre al sentido común y a la buena conciencia de las personas que organizan estas procesiones. Que, insisto, no hay que demonizar porque son manifestaciones populares de fe. Pero organizarlas al margen de la Iglesia induce a la confusión de los fieles y contribuyen a distorsionar el discurrir normal de las procesiones. También generan una saturación y exceso que estamos tratando de controlar. También este tipo de procesiones discurre por lugares que a lo mejor no son los adecuados, pero ahí no puedo entrar. Sí hago una llamada para que todas esta piedad popular se encauce desde las parroquias.
–¿Ve normal que los Panaderos tenga que alargar su recorrido hasta el Museo por los problemas del Miércoles Santo?
–El delegado de hermandades para estas cuestiones pone toda su confianza en el Consejo de Cofradías. Cuando se ha autorizado así será porque es la mejor solución para aliviar los problemas de la Hermandad de los Panaderos. Quizás no es lo más deseable, pero es la solución que se ha visto. Le pido a la hermandad que realice este recorrido con un propósito evangelizador, de manera piadosa y solemne.
–Lo que parece que no va a cambiar es la Madrugada. ¿Por qué son las hermandades tan reacias a los cambios?
–Es una cuestión que todos los años nos preguntamos. Creo que todo se debe a la complejidad que supone poner una cofradía hoy en la calle con tantos nazarenos y también a que la cofradía supone para muchas personas algo que toca mucho el corazón y cualquier cambio es muy delicado. De ahí viene la dificultad. Como siempre hago un llamamiento para que los cambios se acojan con altura de miras y generosidad y mirando a las demás hermandades.
–¿Le sorprendieron las acusaciones del hermano mayor de San Esteban a las demás hermandades y al Consejo? ¿Ha hablado con él?
–Hablé con el hermano mayor, al que aprecio mucho, al igual que a la hermandad, y entiendo que está viviendo todo esto con dificultades. Está intentando buscar otro lugar dentro del día. Entiendo que quizás haya palabras dichas en caliente y publicadas que no son las más convenientes. En cualquier caso, yo estoy intentando que entre todos los interesados haya una concordia y un buen entendimiento.
–La Milagrosa ha hecho un nuevo intento por ir a la Catedral que ha sido rechazado. ¿Qué tiene que decirle?
–Desde que se erigió la hermandad quedó claro que su ámbito de proyección pastoral y su dimensión procesional era el barrio. Ahí es donde está haciendo mucho y donde todavía tiene mucho por hacer y por aportar a la vida de la Iglesia. Es muy enriquecedor que haga la estación de penitencia dentro del entorno de su barrio.
–Por tanto, descarta cualquier incorporación de las hermandades del Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión a la nómina de las que van a la Catedral.
–Yo de las cuestiones técnicas no puedo hablar. Cuando acompaño al obispo auxiliar a las visitas previas a las estaciones de penitencia, siempre ponemos el acento en valorar la labor que hacen en sus barrios. Han surgido allí por la necesidad de evangelización y por apoyo a la labor parroquial. Siempre pongo el acento ahí. Hay muchas personas que no valoran lo suficiente estas aportaciones que hacen en sus barrios.
–¿Se ha desaconsejado a la Lanzada que salga de manera extraordinaria con el misterio?
–La hermandad hizo una consulta y se contestó, pero no se ha pedido nada formalmente. Sí vimos que no era lo más adecuado la salida extraordinaria con el misterio completo fuera de la Semana Santa. En Sevilla no hay costumbre. Hace unos años salió el Crucificado solo. También se puede valorar que salga con alguna de las imágenes marianas titulares, pero siempre dentro de una mesura que esté dentro de la tradición sevillana.
–¿Le gustaría que en adelante las salidas extraordinarias siguieran el modelo del Gran Poder?
–El camino de las procesiones extraordinarias debe ser el de ir acompañado por una propuesta evangelizadora. Cada hermandad en el ámbito propio puede seguir el modelo del Gran Poder. Identificar una periferia, proyectar una labor evangelizadora junto a la vicaría para la Nueva Evangelización y actuar. Cada una podrá hacerlo en la medida de sus posibilidades. También hay que intentar hacerlo en las procesiones de reglas. Las hermandades tendrán que emplearse en acciones previas.
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