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Madrugada, una cuestión de tiempo

Las cofradías de la jornada son las que más rápido discurren, pero la gran mayoría necesitan más minutos.

Madrugada, una cuestión de tiempo
Juan Parejo

11 de junio 2014 - 05:03

Componentes del cortejo y tiempo de paso. Éstas son los dos parámetros sobre los que está cocinado el informe encargado por el Consejo de Cofradías a una empresa especializada para tener una radiografía completa de la Semana Santa y de cuál es el comportamiento de las hermandades por el inicio de la carrera oficial. El documento resultante tiene mil y un detalles y en él se analizan todas las cuestiones que tanto preocupan a los delegados de día y a los diputados mayores de gobierno de las cofradías. El Consejo tiene ante sí un gran documento de trabajo con el que poder acometer una redistribución equilibrada de los horarios. La pregunta es si las hermandades, a la vista de estos datos, pondrán de su parte. En una jornada tan compleja como la Madrugada, cuyos datos fueron avanzados ayer por este periódico, la remodelación resulta más necesaria que nunca.

Al estudio probablemente le falte perspectiva para analizar con más fiabilidad cuál es el comportamiento de las hermandades, algo que sí se recoge en el documento relativo al Domingo de Ramos que cuenta con un informe anterior realizado en el año 2011. El dossier de la Madrugada deja datos que son incontestables y otros que se prestan a la interpretación y que no representan verdades absolutas. No cabe duda que la Madrugada es la jornada con más nazarenos. No lo es en el total de personas porque sólo salen seis hermandades y porque sólo tres lo hacen con acompañamiento musical. La jornada más numerosa es el Domingo de Ramos, con 11.300 participantes, aproximadamente, mientras que la Madrugada tiene 10.700. Tres de las cinco cofradías más numerosas de la Semana Santa forman parte de la Madrugada: la Macarena, la Esperanza de Triana y El Gran Poder. La que más nazarenos tiene de todas, incluidos penitentes, es la Macarena (2.495).

No deja de ser curioso que los nazarenos de una hermandad como la Macarena hayan sido los segundos más rápidos en discurrir por el punto de control en toda la Semana Santa. Sólo han sido superados por los del Gran Poder. La cuestión que se podría plantear es por qué la Macarena no ha discurrido a la misma velocidad otros años. La hermandad ya lo aclaró tras la Semana Santa: le pidió su sobreesfuerzo a sus nazarenos para cumplir escrupulosamente los horarios. Un sacrificio que no están dispuestos a repetir porque consideran que no han discurrido con el decoro que una hermandad merece. Mucho se han quejado los nazarenos de San Gil de cómo ha sido la procesión de este año, hasta el punto que la hermandad invitó a los cirios morados y verdes (los nazarenos más antiguos) a la bajada de la Virgen para los actos del aniversario de la coronación como agradecimiento por lo que tuvieron que soportar.

Cuando se analizan los datos de velocidad teniendo en cuenta a todos los participantes del cortejo, la Macarena sólo es superada por el Gran Poder y el Silencio. Los cortejos de la Madrugada discurrieron a una velocidad de 27,9 personas por minutos. Una media superada por todas las corporaciones salvo el Calvario, con la velocidad más lenta (19,7 personas por minuto) y los Gitanos, con 21,9. A las personas que conocen el funcionamiento de la Madrugada no les extraña que las tres primeras cofradías discurran más rápido que las tres últimas. La explicación hay que buscarla en la famosa pescadilla que se muerde la cola: las hermandades cuando salen de la Catedral tienen que aminorar el paso para dar tiempo a las que van camino de la Campana a dejar los cruces libres, y éstas no pueden avanzar con más rapidez precisamente porque el tránsito por el inicio por la carrera oficial se va ralentizando.

Atendiendo a la gráfica que muestra la velocidad de las hermandades por cortejos, el más rápido de todos fue el de la Virgen de la Macarena, con 38,5 personas por minuto. A continuación, se situaron el de Jesús Nazareno del Silencio (34,8), el del Señor del Gran Poder (33,4), el de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso (31,9), el de la Virgen de la Concepción (29,6), el del Cristo de las Tres Caídas (28,4), el de la Esperanza de Triana (27,7), el de la Virgen de la Presentación (26,8), el del Señor de la Sentencia (25), el de la Virgen de las Angustias (23,3), el del Señor de la Salud (20,8) y, por último, el del Cristo del Calvario (15,1).

Del análisis de los tiempos da paso se muestra el esfuerzo que tienen que hacer algunas corporaciones para poder cumplir sus horarios. Así ocurrió en la Macarena, que tuvo que discurrir a un 11,8% más rápido que la media para poder pasar en el tiempo asignado, o en el Silencio y el Gran Poder, que los hicieron un 14,3% y un 17,2% más rápido y dejando incluso algunos minutos de adelanto. En el lado contrario, se sitúan el Calvario que cumplió con su tiempo pero discurriendo un 29,4% más lento que la media; y los Gitanos, que lo hizo un 21,5% más lento. Las bandas de música sólo suponen un 5,7% del total de participantes en los cortejos, aunque sí tienen su incidencia en la Esperanza de Triana, donde sus 264 músicos supusieron el 11,8% de la cofradía, y en los Gitanos, donde los 197 componentes de las bandas representaron el 10,7%. En la Macarena, los músicos fueron el 5,4% del cortejo.

Analizando de manera fría los datos se llega a la conclusión de que la Macarena, el Silencio y la Esperanza de Triana necesitan más tiempo de paso, aunque en esta última llama la atención que el número de nazarenos se queda, con 1.775, lejos de los 2.000, aunque el cortejo suma en total 2.230 personas. En total las hermandades emplearon seis horas y 24 minutos en pasar por el punto de control del estudio. Una de las soluciones que se estudia es ampliar la jornada 30 minutos, 15 por delante y 15 por detrás, para permitir un mejor acomodo de las hermandades y que el paso por la carrera oficial no se convierta en una manifestación de nazarenos.

La Madrugada también tiene un importante problema de itinerarios que se ha intentado solucionar este año, aunque se ha dejado para 2015, como los cruces de los Gitanos y la Macarena en Laraña, y los del Gran Poder y la Esperanza de Triana en Zaragoza y San Pablo. Tiempo hay para solucionarlos. Las reuniones empezarán antes de que acabe junio. Las hermandades se verán con los datos del dossier sobre la mesa. Está por ver si las conclusiones que se extraen del mismo se aplican en la próxima Semana Santa.

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