La ventana
Luis Carlos Peris
La Magna y su enfebrecida cuenta atrás
Después de 24 horas fuera de la basílica, la Virgen de la Esperanza Macarena llegó a su templo minutos antes de las tres de la madrugada. A la misma hora que salió, regresó a su casa. En todo momento estuvo acompañada por multitud de personas. Si durante el recorrido de ida las bullas fueron numerosas, en la vuelta el número de asistentes, que acudieron a apreciar la bella estampa, se multiplicó. En total, 180.000 personas acompañaron a la Virgen durante su recorrido de ida y vuelta.
Sin duda alguna, el momento más emotivo fue cuando la Esperanza Macarena llegó al hospital que lleva su nombre, pasadas las doce de la noche. Allí la esperaban enfermos, médicos y familiares que le ofrecieron varios ramos de flores, le rezaron y le cantaron la salve con un tono bajo, como sino quisieran despertar al resto de los pacientes. La Virgen llegó hasta la misma puerta principal y estuvo allí media hora acompañando a los enfermos, que entre lágrimas le rezaban. Minutos antes de la una se dirigía a su basílica.
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