Iglesia de Santa Cruz

La Iglesia de Santa Cruz (Mateos Gago, 32B) es un templo con una interesante historia que comienza en otro lugar, ya que fue construida en un primer lugar en el espacio que ahora ocupa la Plaza de Santa Cruz. Allí la levantaron en 1391 y el pintor Bartolomé Esteban Murillo fue enterrado en ella desde el siglo XVII. Años más tarde, la invasión francesa conllevó reformas urbanísticas y la iglesia pasó a otros lugares hasta llegar al actual, que perteneció al convento del Espíritu Santo, desamortizado en 1835.

La fachada principal tiene la particularidad de que no fue terminada hasta el siglo XVIII, para ser reformada en estilo barroco en el XX por el arquitecto Juan de Talavera. Las gradas que preceden a la puerta hacen singular la vista desde la calle Mateos Gago, así como la Cruz de Hierro o el campanario situado en la espadaña.

El interior de esta iglesia, de planta de cruz latina, se divide en tres naves. La central, más amplia que las laterales, tiene balconadas cerca de la puerta principal. El crucero del templo está cubierto con una llamativa cúpula de media naranja. Un templete neoclásico del XVIII destaca en el presbiterio, en el que se encuentra la Virgen de la Paz. Una talla atribuida a Jerónimo Hernández y situada cronológicamente en el tiempo en el siglo XVI.

Hermandades que procesionan desde la Iglesia de Santa Cruz

La Hermandad de Santa Cruz tiene en esta iglesia su sede canónica, desde la que sale cada Martes Santo para procesionar hasta la cercana Catedral de Sevilla y hacer así estación de penitencia durante la Semana Santa. El silencio y la oscuridad se adueñan del barrio de Santa Cruz cuando discurre esta corporación por sus calles, que se llenan de fieles cada primavera.

El Cristo de las Misericordias, enmarcado en el último tercio del siglo XVII, está atribuido al escultor Pedro Roldán. La Virgen de los Dolores, obra de Antonio Eslava, fue realizada en el año 1967 tras un debate en el seno de la hermandad con otra talla.