Iglesia de San Antonio Abad, la catedral del Silencio
Iglesias de la Semana Santa de Sevilla
En el siglo XIX se abrió una amplia puerta la calle, utilizada para que salgan y entren pasos de Semana Santa
Las iglesias que protagonizan la Semana Santa de Sevilla
La Iglesia de San Antonio Abad (Alfonso XII, 3) es un templo singular compuesto de dos naves pertenecientes a corporaciones originalmente distintas. Eran un hospital y la Hermandad del Silencio, que se fusionaron arquitectónicamente en el siglo XVIII.
La construcción del nuevo edificio la dirigió Diego Antonio Díaz, que concibió dos espacios de planta rectangular y cabecera plana, unidos por una bóveda de cañón. En el siglo XIX se abrió una amplia puerta la calle, utilizada para que salgan y entren pasos de Semana Santa.
Las dos fachadas del templo tienen sendas portadas. La que da a El Silencio es sencilla y tiene sobre ella un azulejo de la Inmaculada; la que da a Alfonso XII, entrada principal de la iglesia, es del XVIII y cuenta con un tímpano partido que aloja una pintura de Fray Diego de Alcalá y los escudos del Silencio. Da acceso al patio, donde se ubican santos con que cuentan con gran fervor en Sevilla.
El interior de una de las naves tiene un bello presbiterio decorado con pinturas murales. Su cubierta es de bóveda de cañón, decorada también con murales del XVII recientemente recuperados, de Domingo Martínez y Juan Espinal. Su retablo mayor es barroco, del siglo XVII y lo preside Nuestro Padre Jesús Nazareno abrazando la Cruz.
La otra nave, conocida como la Capilla del Santo Crucifijo, es más larga que la primera y tiene balconadas decoradas con nazarenos del Silencio. Su altar mayor tiene partes plateadas del antiguo paso de palio del Silencio como decoración.
Hermandades que procesionan desde la Iglesia de San Antonio Abad
La Hermandad del Silencio, una de las más antiguas de Sevilla, tiene en esta iglesia su sede canónica. Desde ella sale en la Madrugada del Jueves Santo al Viernes Santo para procesionar breve y silenciosamente por céntricas calles. Cuenta con la particularidad de que sus penitentes portan sus cruces del mismo modo que su titular.
Jesús Nazareno es una talla anónima de la primera década del siglo XVII, aunque está atribuida a Francisco de Ocampo y Gaspar de la Cueva. La Virgen de la Concepción, tallada en madera por Sebastián Santos en 1951, fue donada por un hermano de la corporación y sustituyó a otra imagen de Cristóbal Ramos.
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