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El Gran Poder en Tres Barrios: una puerta a la esperanza

La estancia del Señor en Los Pajaritos, la Candelaria y Madre de Dios se aguarda como un hito que saque del ostracismo a esta zona tan deprimida

Uno de los párrocos, Francisco Ortiz, señala la puerta por la que el Señor accederá a la Candelaria / Juan Carlos Vázquez

Eduardo Ramírez lleva 40 años trabajando en el puesto de churros del Mercado de la Candelaria. Ahora atiende él sólo, pero en los buenos tiempos eran tres. “Ya apenas da para un sueldo”. Eduardo, como los demás placeros –actualmente hay 13 comercios funcionando– saben que el Gran Poder arrastra a una inmensa cantidad de personas y que las próximas semanas van a ser importantes y un revulsivo para ellos. Está esperanzado con la llegada del Señor el próximo sábado a la parroquia de la Blanca Paloma, que está a escasos metros. “Lo esperamos con mucha ilusión. Ojalá pueda traer algo bueno y sirva para que se hable del barrio de otra manera”.

La parroquia de la Blanca Paloma está a 6,7 kilómetros de la Plaza de San Lorenzo, pero el Señor de Sevilla está presente en un azulejo desde hace tres años. Dos operarios del Ayuntamiento pintan los deteriorados bancos y repasan la solería de la plaza que dentro de unos días será uno de los epicentros de la religiosidad sevillana. Dentro del templo, unos operarios miden el presbiterio para prepararlo todo para la llegada. La titular de la parroquia está en restauración, pero regresará a tiempo para el gran acontecimiento. Su lugar lo ocupa una foto de la Cieguecita de Martínez Montañés. Preside el Cristo de la Misericordia. No faltan referencias a la Virgen de los Reyes ni a Madre Angelita. “El Señor entrará por esta puerta lateral”, señala Alfredo Rosa, prioste de la hermandad, que ha acudido a perfilar algunos detalles. “Es la más dificultosa de las tres. Mide 3,25 metros y está justo”. De vuelta al exterior, los vecinos pasean y hacen sus actividades cotidianas todavía un tanto ajenos a la ilustre visita, que se ha hecho de esperar por la pandemia. Todos coinciden en una cosa: la santa misión del Gran Poder en Los Pajaritos, la Candelaria y Madre de Dios, va a servir para sacarlos de las páginas de sucesos. Para que el resto de Sevilla conozca la realidad social de los Tres Barrios, que va mucho más allá de la droga o los episodios violentos. “Aquí hay mucha gente sencilla y trabajadora y queremos que se sepa y que el resto de Sevilla nos conozca. El Señor nos va ayudar a ello”.

El prioste de la hermandad ultima los preparativos en la Blaca Paloma / Juan Carlos Vázquez

La Ronda del Tamarguillo se extiende de barrera infranqueable para muchos sevillanos que no han ido más allá de Nervión. Este foso de desconocimiento, tanto físico como espiritual, es el que se quiere sortear con esta misión evangelizadora que la Hermandad del Gran Poder ha puesto en marcha con motivo del IV centenario de la hechura del Nazareno de Juan de Mesa. A los Tres Barrios, pese a la distancia que pueda existir con la basílica, es fácil llegar, incluso en Metro, a través de la parada de 1º de Mayo que se encuentra entre las parroquias de la Candelaria y Santa Teresa y apenas tres o cuatro minutos de ellas. “Este será un acontecimiento para contar la realidad de estos barrios a Sevilla y a todo el mundo. Hay que enfocar la mirada de otra manera. Los vecinos se van a sentir queridos e importantes; protagonistas por la visita del Señor”. Quien habla es Francisco José Ortiz, párroco de la Blanca Paloma y la Candelaria junto a Manuel Sánchez.

Francisco Ortiz en la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria. / Juan Carlos Vázquez

Un comprometido voluntariado

El Señor llegará a Tres Barrios el próximo sábado, pero desde este domingo se va a intensificar la difusión, tanto en las misas, como a través de un buzoneo que han preparado los jóvenes de la hermandad. Y es que la visita del Señor quedaría hueca sin la gran labor caritativa, social y de apostolado que la corporación viene ya desarrollando en la zona y que será el gran legado. “Desde el primer momento la hermandad se puso a disposición de los párrocos para que nos dijeran las necesidades que había. De ahí salieron unas líneas de voluntariado, algunas de las cuales se unieron a los equipos que ya estaban trabajando allí”, explica María José Ríos, persona de la junta de gobierno encargada de coordinar este voluntariado.

Una de las reuniones de los voluntarios de la hermandad. / M. G.

Son alrededor de cien hermanos los que están involucrados directamente con los vecinos en áreas tan dispares como el asesoramiento legal, la pastoral de salud, la formación, la pastoral penitenciaria, o el apoyo escolar. “Tenemos que aprovechar la estancia del Señor para potenciar todo esto. Hacen falta muchas cosas. Hay muchos ancianos solos, y nos preocupa. Hay que dar catequesis. Ayudar a las familias de los presos. Colaborar con Cáritas, que tiene una labor ingente...”, añade Ríos. Una de las cuestiones que más preocupa es buscar una salida laboral a los desempleados. Por ello, todos los proyectos se enfocan para darles una formación que les permita acceder a un empleo. Ese será el gran hito de futuro.

Una imagen del Señor en una ventana del barrio. / Juan Carlos Vázquez

La realidad de la pobreza es dura. La pandemia ha sido implacable para muchos. Pese a ello, los esfuerzos para salir adelante no decaen. “Son personas sencillas y humildes. Es verdad que hay un reducto con la droga que hace mucho daño, pero la mayoría son gente buena”, abunda el sacerdote. La realidad es un poco distinta en cada uno de los barrios. En Los Pajaritos hay más inmigración, por lo que se conoce menos al Gran Poder, aunque los vecinos de siempre están entusiasmados. En la Candelaria y Santa Teresa son, en su mayoría, sevillanos y españoles y son más conscientes.

Vecinos de los Pajaritos. / Juan Carlos Vázquez

Una importante acción colectiva

Una de las personas que más intensamente trabaja en la zona es la responsable parroquial de Cáritas, Loli García Guerra. El primer asidero al que acuden las personas necesitadas es a la iglesia. Son ellos los que analizan cada situación y la enfocan hacia un grupo de actuación concreto. También hay otras entidades y asociaciones con colaboran y el empuje imprimido por el Gran Poder dibuja un horizonte más despejado. Ofrecen todo tipo de ayudas, principalmente enfocadas a cubrir las necesidades básicas y también de apoyo a jóvenes, mayores o inmigrantes. La ayuda de la Iglesia ha sido fundamental durante la pandemia, ya que muchas personas viven al día. Como señala el párroco, en los tres meses de confinamiento se ayudó a los vecinos con más de 300.000 euros, repartido en dinero en metálico y alimentos.

Salvador Muñiz, a la derecha, departiendo con varios vecinos en el mercado. / Juan Carlos Vázquez

Otro de los vecinos que lleva toda la vida entregado a estos barrios es Salvador Muñiz, concejal del Ayuntamiento de Sevilla en la primera corporación democrática. “La llegada del Gran Poder va a ser muy importante. Gracias a la labor de la hermandad, de las parroquias, de Cáritas, de los colectivos vecinales... vamos a darle un impulso importante a esto”. Él ya vivió la Misión de 1965 que llevó al Señor a la parroquia de Santa Teresa: “La fe florece”.

La ilusión de los vecinos

Eduardo Ramírez lleva 40 años en su chuerrería de la Candelaria. / Juan Carlos Vázquez

Eduardo Ramírez, el churrero del mercado, se declara ferviente devoto del Señor, incluso fue hermano. Un azulejo en su puesto lo corrobora. “Yo, con mi Gran Poder y mi Esperanza Macarena”. En el mercado, las estampas y carteles del Señor y de la Virgen de la Esperanza se suceden. También se ven algunas del Cristo de los Gitanos. La pescadería de Juan Antonio Campos la presiden el Cautivo y la Virgen del Rosario del Polígono: “Hay que concienciar a Sevilla de que no sólo existe lo malo, que se acuerden de nosotros. Las personas mayores todavía recuerdan con mucho cariño cuando el Señor fue a Santa Teresa”. Juana, una vecina impedida que se encontraba en la pescadería, se acaba de enterar de que el Señor la va a visitar la próxima semana. De sus ojos no paran de brotar las lágrimas. “Hace muchos años que no lo veo porque no puedo ir hasta San Lorenzo. Soy muy devota del Señor y de mi Macarena. Si viniera ella también...”.

Juana, devota del Señor, emocionada tras conocer la visita. / Juan Carlos Vázquez

En uno de los bares de la zona, Manuel, vecino desde hace 35 años, lamenta cómo la situación ha ido empeorando en las últimas décadas: “La visita del Gran Poder es muy importante. Será algo bueno, pero yo, con todo respeto, prefiero que venga más la Policía”. Tomando una cerveza, reflexiona con su familia sobre cómo podrán bajar de su casa a una anciana de 92 años que está en cama para llevarla ante el Señor.

La puerta de entrada al mercado de la Candelaria. / Juan Carlos Vázquez

El presidente de los placeros es José Castejón. Regenta el Café Bar Macarena. Él anima a todos a vivir de manera intensa este gran acontecimiento. “Es tremendamente importante para todos. El Gran Poder va a evangelizar a muchas personas. Su venida es la respuesta a muchas llamadas. En estos barrios es donde más se pide a Dios. La visita es la respuesta a todas estas súplicas”.

Las actuaciones del Ayuntamiento

Tres Barrios-Amate es una de las llamadas Zonas de Transformación Social. El trabajo que desarrollan las administraciones, principalmente el Ayuntamiento, es muy relevante, aunque las necesidades y tareas son tantas que puede parecer que se actúa poco. La estrategia del gobierno municipal se centra en seis pilares:

Un operario municipal pinta uno de los bancos. / Juan Carlos Vázquez

El delegado del distrito es el vecino Juan Manuel Flores. Conserva en su memoria algunos destellos de cuando siendo un niño el Señor les visitó por primera vez en 1965: “La llegada del Gran Poder puede ayudar a cambiar la situación y a que muchas personas se den cuenta que es un barrio digno y trabajador. Debe servir para transmitir, sin obviar las realidades, una visión de esfuerzo colectivo y esperanza para salir adelante. El Gran Poder debe romper los estereotipos. Yo soy sevillano de Amate, tanto como lo es uno de San Lorenzo. También somos Sevilla. Aportamos también mucho a la ciudad”.

La puerta por la que el Señor accederá a la parroquia de la Blanca Paloma. / Juan Carlos Vázquez

El Señor de Sevilla estará durante 21 días en Tres Barrios. Será acogido en las parroquias de la Blanca Paloma, la Candelaria y Santa Teresa. También visitará San Lucas, en la barriada de Santa Aurelia; y la parroquia de los Dolores del Cerro del Águila. El Señor dejará un reguero de esperanza y de alegría. De Fe. Será vehículo de la nueva evangelización que reclama la Iglesia. Conquistará estas periferias, como ha pedido el Papa Francisco. Y, a su vez, su caminar servirá para denunciar y concienciar sobre los problemas de esta Sevilla. Cuando vuelva al centro, quedará la semilla plantada que será regada por su hermandad.

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