La Diagonal y las marismas: el simbólico cartel del Rocío de Barcelona
José Cabrera Lasso de la Vega es el autor de esta composición donde la geografía cobra especial protagonismo
La Virgen del Rocío se muestra como eje que une ambas tierras
El Papa San Juan Pablo II anuncia la Romería del Rocío en el Cerro del Águila
A falta de tan solo tres domingos para la madrugada de Pentecostés, continúan desvelándose los diferentes carteles que anuncian la romería en las distintas hermandades filiales. En esta ocasión, compartimos el cartel que el prolífico artista José Cabrera Lasso de la Vega ha realizado para la Hermandad del Rocío de Barcelona, ciudad en la que se vive muy intensamente la devoción a la Blanca Paloma.
En este cartel observamos dos zonas diferenciadas pero reconocibles: a la izquierda, las marismas de Doñana, y a la derecha, la particularísima geografía urbana de la Ciudad Condal, urbe cosmopolita y abierta. En el centro, el perfil izquierdo de la Virgen del Rocío, que une y diluye fronteras con su sola presencia. Así lo define el propio cartelista:
"La devoción a la Virgen del Rocío se extiende por todo el mundo traspasando fronteras, aunque especialmente en España recorre cada punto de nuestra geografía. De norte a sur, de oriente a occidente, los caminos del cristiano van a converger en el Rocío para encontrarse con la Blanca Paloma.
La Virgen tiene la virtud de unificar pueblos y culturas, y hacerlas convivir en la misma Fe. Creencias que no tienen barreras, en las que Hermandades como la de Barcelona transitan una diagonal de sentimientos desde el otro lado de nuestro país hasta llegar a la aldea. El cartel anunciador de la Romería del Rocío de la Hermandad de Barcelona de este año, mi cartel, va a aunar estas dos tierras, teniendo a la Reina de las Marismas como nexo común.
A un lado, la singular trama urbana de la Ciudad Condal, la adelantada a su tiempo, la más europea de las capitales españolas. Al otro, la perfecta geometría de la naturaleza que dibuja los parajes de las Marismas de Doñana, las que bañan a la Ermita de la Virgen del Rocío. Y en medio Ella, exultante, de mirada hipnótica; la Virgen que atiende nuestros desvelos, la que escucha nuestras súplicas, la Madre entre todas las madres, la Reina de todas las reinas...
Su nombre, ROCÍO, se tiñe de amapolas y nos anuncia la Gloria misma: que los remates de las torres de la Sagrada Familia de la carreta de Barcelona, se funden en el blanco arena del fondo, las arenas almonteñas, para ungirse de devoción y proclamar a los cuatros vientos que Pentecostés ya está aquí".
Un rotundo cartel que busca, primero, la calidad, y en segundo y no menos desdeñable, la fe como herramienta para tender puentes entre dos tierras con infinidad de denominadores comunes.
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