Detalles que cuentan historias
la priostía
Desde la cruz de guía hasta el último músico, nazareno, servidor o acólito, el paso de una hermandad es un libro en el que, a través de pinceladas, se muestra tal y como es
A partir de este fin de semana las cofradías recorrerán las calles de Sevilla. Es el momento de que todos los sentidos estén alerta y de redescubrir curiosidades y detalles más allá de los pasos. Cada cortejo tiene su peculiaridad porque la idiosincrasia está en toda la puesta en escena de la procesión, desde el primero al último.
Hay oportunidades para despertar la curiosidad en todo momento. Desde la procesión sin cruz de guía del Domingo de Ramos con el Amor porque la insignia salió horas antes con la Sagrada Entrada, hasta el muñidor que precede a la de la Mortaja o los Lacave que protegen la del Gran Poder. Estos últimos, creados a finales de los años 70. Rafael Duque del Castillo, entonces hermano mayor del Gran Poder, tuvo la idea de proteger la cabeza del cortejo, reclutó entonces a los hermanos Lacave , caracterizados por ser fuertes y corpulentos para proteger y facilitar la Cruz de Guía de la hermandad. Su corpulencia, aún mayor con el hábito nazareno, disuadía de un solo vistazo a quienes pensasen, si quiera, en crear problemas. Desde hace 30 años, este apellido da nombre a los cuatro nazarenos que preceden y escoltan la Cruz de Guía del Gran Poder.
Una vez que llegan las cruces, desde la que invita a abrazarla en Vera Cruz -Toma tu cruz y sígueme- hasta la velada por una tela morada de la Quinta Angustia, pasando auténticas catequesis de la Pasión como la que porta el primer nazareno de la Exaltación. Y alrededor de la primera insignia en muchas cofradías, pequeños detalles, como en la Hermandad de los Negritos. Aquí los hermanos limosneros recuerdan la costumbre de abrir el cortejo con estos nazarenos con bolsas que iban recogiendo los donativos para el sostenimiento de la casa hospital origen de la corporación del Jueves Santo
También hay particularidads entre entre las insignias que separan los tramos de nazarenos como las palmas rizadas de los pequeños penitentes de la Borriquita o la espada del nazareno del Silencio. El acero es recuerdo de aquel 1614 cuando la Primitiva Hermandad decidió defender el Dogma de la Inmaculada Concepción de María y formuló voto de sangre. En 1962 se incluyó el cirio con el escudo de la hermandad como símbolo de la Fe en el Dogma de la Inmaculada y un nazareno con una espada como prueba del voto de sangre de la defensa del mismo.
Diferentes son las reliquias que muestran en las calles, como el Lignum Crucis de la Vera Cruz. Éste es uno de los recuerdos ligados a la infancia de muchos sevillanos, cuando padres y madres les animaban a acercarse a besar la cruz plateada que llevaba el serio nazareno porque dentro había un trozo de la cruz del Señor . Según la tradición, Santa Elena halló en Jerusalén la Verdadera Cruz de Cristo de la cual se repartieron por todo el mundo numerosos fragmentosa los que se les vino a denominar Lignum Crucis (cruz de madera). Fue entregada a la Hermandad por José Sebastián y Bandarán en 1954 insertándose en un relicario de plata -con forma de cruz arbórea, realizada en los talleres de Villarreal- en 1965.
Como curiosidad, la hermandad posee una segunda reliquia del Santo Madero. En este caso se inserta en la cruz de guía, que también recibe culto en uno de los altares de la capilla del Dulce Nombre de Jesús, sede de la corporación del Lunes Santo.
A este apartado pertenecen dos de los estrenos de este año. Por un lado, la reproducción de la Sábana Santa que formará parte del cortejo de la Hermandad del Buen Fin a partir de este Miércoles Santo. José Foronda, hermano mayo, explicó que en una de las exposiciones organizadas por el Círculo Mercantil durante la cuaresma se expuso una cerámica donde se representaba el paso del Cristo del Buen Fin y, delante del paso, unos frailes franciscanos portando una reproducción de la Sábana Santa. "La imagen era de 1621. Desde siempre la hermandad ha estado vinculada a esta reliquia, de hecho es uno de nuestro titulares y en el año 1590 la corporación aparece como Hermandad del Santo Sudario. Desde el año 2014 la hermandad está intentando recuperar la salida de la Sábana Santa el Miércoles Santo. Para ello ha habido un proceso que ha pasado por el cambio de reglas y la aprobación por parte del arzobispado"
Una vez obtenidos todos los permisos eclesiásticos y normativos necesarios, el escultor y restaurador Juan Manuel Miñarro a través del Centro Español de Sindonología, donó a la Hermandad del Buen Fin una copia casi exacta de la Sindone (Santo Sudario) de Turín. De esta manera, el próximo Miércoles Santo, saldrá el lienzo con la reproducción de la Sábana Santa. Irá doblado -de manera que se vea el frontal- y sobre unas andas llevadas por cuatro acólitos y dos servidores de escolta. Esta nueva insignia, que tiene un gran significado para la Hermandad del Buen Fin, irá en el penúltimo tramo.
También será novedad el Jueves Santo, en concreto en la Hermandad de Pasión, la recuperación del conocido como Simpecado morado, obra de Patrocinio López de 1854, que ha sido recuperado y restaurado en los talleres de José Antonio Grande de León para integrarse en la cofradía como Estandarte del VIII Centenario Fundacional de la Orden de la Merced, que se cumple este año.
El estandarte, que quedará integrado en el penúltimo tramo de los nazarenos del paso de palio fue bordado en oro sobre terciopelo morado, por lo que ya formaba parte del patrimonio de la hermandad desde su estancia en San Miguel. Ha sido pasado a nuevo terciopelo morado en los talleres de José Antonio Grande de León y se ha sustituido el asta de madera por uno de metal plateado realizado en el taller de Orfebrería Andaluza Manuel de los Ríos e Hijos. En su reverso, se le ha bordado la leyenda: Orden de la Merced / VIII Centenario / 1218-2018.
Curiosidades, no sólo en los enseres, sino también en las personas, como las representaciones de la Santa Mujer Verónica y la Virtud Teologal de la Fe, a cargo de dos hermanas en la Hermandad de Montserrat. Son encarnadas por dos hermanas de entre 18 y 30 años, que deben solicitar mediante un escrito en los plazos indicados, su intención de representar a la Verónica y la Fe y que son elegidas por riguroso orden de antigüedad. La Verónica va ataviada según la usanza hebrea y porta en sus manos el lienzo con la faz de Cristo, que pinta este año Francisco José García.
Y justo antes de los pasos, otra oportunidad para los más observadores, como las navetas de la hermandad del Dulce Nombre, rematadas por la parrilla de San Lorenzo, o los 18 ciriales que preceden al paso de la Sagrada Mortaja, uno por cada persona que, según la tradición, asitió al entierro de Cristo. Estos eran, los 11 apóstoles (Judas ya se habría suicidado), la Virgen María, María Salomé, María Magdalena, Santa Marta, María de Cleofás, Nicodemo y José de Arimatea.Otros autores indican que los ciriales son el recuerdo de las 18 escribanías establecidas en Sevilla tras la reconquista.
También te puede interesar
Lo último