Decidir es cuestión de minutos

Un cielo gris, escaso margen de tiempo y una decisión apresurada. Éstos, y no otros, fueron los ingredientes que cobraron mayor peso en la decisión que tomó ayer la junta de gobierno de la Hermandad de San Gonzalo cuando a las 15:20 el hermano mayor se dirigía a todo el cuerpo de nazarenos y costaleros para comunicarles que la cofradía no saldría a la calle.

La decisión se tomaba tras el segundo cabildo extraordinario de oficiales que se había celebrado pocos minutos antes. El primero tuvo lugar a las dos de la tarde, una hora antes de la salida de la cofradía, cuando a la Hermandad del Cautivo del Polígono de San Pablo y a Santa Genoveva les sorprendió la lluvia en plena calle. Las circunstancias pesaban en contra y los ánimos iban decayendo. La mala noticia era más que previsible, pero todavía quedaba un anhelo de esperanza, a tenor de las últimas noticias que llegaban de las localidades situadas al oeste de la provincia, por donde los claros iban avanzando.

Las noticias que trascendían a la calle era muy pocas. A cuenta gotas, término muy apropiado para la ocasión. Fuentes oficiosas de la corporación hablaban incluso de un margen de salida hasta las cinco de la tarde. El recorrido se cambiaría para salir directamente a la Avenida de Coria.

Pero todas las hipótesis se desmontaron. A las 15:20, en una plazoleta donde había dejado de llover, se conocía que San Gonzalo no saldría este Lunes Santo. Aplausos en el interior del templo. Al cuarto de hora el sol deslumbraba. Decidir es cuestión de tiempo, de minutos. Y al final, acertaron.