El Cristo de la Buena Muerte será intervenido tras la Semana Santa
El titular de los Estudiantes tiene problemas en las uniones de las piezas del sudario
Será trasladado al taller de Pedro Manzano
Una de las imágenes más notables de la Semana Santa pasa por el taller. El restaurador Pedro Manzano acometerá tras la Semana Santa una intervención de conservación en el Cristo de la Buena Muerte, titular de la Hermandad de los Estudiantes y realizado por el imaginero Juan de Mesa en el año 1620. El cabildo de oficiales de la corporación del Martes Santo ha aprobado esta noche de jueves una actuación que será sometida a consideración de los hermanos, mediante un cabildo general extraordinario, el próximo 21 de marzo, Miércoles de Pasión. Tras las pruebas realizadas recientemente, se ha comprobado que el Crucificado presenta algunos problemas en el sudario, que ahora serán subsanados.
La hermandad aprobó en noviembre de 2015 la realización de unas tareas de conservación preventiva en el Cristo, que iba a realizar el profesor Francisco Arquillo. Esa intervención, que iba a consistir en una limpieza superficial de la policromía y en subsanar algunas lagunas en la misma, quedó aparcada tras finalizar el mandato Antonio Piñero. Ya con el actual hermano mayor, Jesús Resa, se retomó la tarea y se recurrió al restaurador Pedro Manzano para que examinara la imagen. La Universidad de Sevilla, que es la propietaria de la imagen, está al corriente de todas las actuaciones a través de su director general de Cultura y Patrimonio, Luis Méndez, quien forma parte, además, de la comisión que se ha nombrado para seguir los trabajos.
El Cristo fue llevado una mañana del pasado año a un centro médico donde se le realizaron unas pruebas, en concreto, un TAC y una serie de radiografías. Ese examen determinó que la imagen, desde el punto de vista estructural, se compone de 13 piezas y que las correspondientes al sudario presentan problemas de adherencia, al estar perdiendo el adhesivo que le aplicó el imaginero hace casi cuatro siglos. El pasado verano, Manzano entregó su informe diagnóstico a la hermandad y, sin urgir en exceso, sí advertía que la intervención era necesaria y que sería más profunda que la inicialmente prevista.
El cabildo de oficiales de la hermandad ha aprobado esta noche la intervención, que deben ratificar los hermanos el próximo Miércoles de Pasión. La intención de la junta de gobierno es que el Cristo de la Buena Muerte sea trasladado en la semana de pascua, cuando sea bajado del paso, al taller del restaurador. Allí se consolidarán las uniones afectadas por la pérdida de material, se realizará una limpieza superficial en la policromía y se reintegrarán las pérdidas. La imagen permanecerá retirada del culto durante tres meses, aproximadamente. Manzano aprovechará la estancia del Crucificado en su taller para realizar también un estudio de los pigmentos de la encarnadura. Aunque el Cristo es sometido de manera periódica a revisiones, tras esta intervención quedarán protocolizadas, llevándose a cabo dos al año: una antes y otra después de la Semana Santa.
La última gran restauración al Cristo de la Buena Muerte fue entre los años 1994 y 1995 en el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, dependiente del Ministerio de Cultura, en Madrid. Allí fue intervenido por los Hermanos Cruz Solís e Isabel Poza.
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