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El Consejo asegura que ha llegado la hora de los "cambios profundos"

Los hermanos mayores lamentan los hechos, felicitan a sus hermanos por su comportamiento y reclaman soluciones contundentes para que no se produzcan más situaciones de este tipo

Dos policías vigilan en las 'setas' que el orden se mantiene después de las avalanchas sufridas en ese lugar por los Gitanos. / Juan Carlos Vázquez
Juan Parejo

16 de abril 2017 - 02:35

El Consejo de Cofradías, tras los lamentables sucesos acontecidos en la pasada Madrugada, asegura que ha llegado la hora de sentarse y acometer "cambios profundos". Así lo aseguró a este periódico su presidente, Joaquín Sainz de la Maza. Entre las hermandades, ha cundido el desánimo y la desolación. Todas se han visto afectadas por las avalanchas en distintos puntos. El hermano mayor de los Gitanos, José Moreno Vega, cuando no conocía la magnitud de los sucesos, le planteó al Consejo si lo más conveniente y prudente era regresar al santuario. Las seis hermandades reclaman medidas contundentes y que se aclaren los hechos. Además, dan por seguro que los cortejos se verán mermados de cara al año próximo y habrá menos público en las calles.

"La seguridad debe primar y si hay que hacer cambios los haremos porque si no nos cargamos la Madrugada. Es la hora de sentarse, de las propuestas y de los cambios profundos", aseguró ayer Sainz de la Maza a este periódico. El presidente del Consejo afirma que lo primero que harán cuando pase la Semana Santa será reunirse con todas las hermandades para recabar la información precisa de los puntos en que fueran afectadas, además de sentarse con las autoridades para analizar todos los aspectos de la seguridad. Sainz de la Maza recordó que es la quinta vez que la Madrugada se ve afectada por carreras y avalanchas y pidió una reflexión: "Hay que tomar medidas urgentes".

Los hermanos mayores lamentan la falta de educación y civismo de parte del público

Sainz de la Maza consideró que hay que trabajar en un plan más específico para la Madrugada, "que es factible y viable", aunque reconoció que es imposible garantizar la seguridad al 100%. Sí rompió una lanza en favor de las medidas tomadas, como el aforamiento de Cuna o la retirada de veladores, porque si no las consecuencias hubieran sido mucho mayores.

A la Hermandad del Silencio le afectaron varias avalanchas entre San Andrés y el Salvador. Esta corporación sufrió hace dos años un episodio similar, por lo que el hermano mayor, Eduardo del Rey, reclama contundencia y que se actúe: "Lo más doloroso es que es la segunda vez en tres años. Afortunadamente no hay que lamentar daños personales de consideración. Es absolutamente admirable el comportamiento de nuestros hermanos y cómo mantienen la compostura. Todo eso reafirma nuestro carácter, además de transmitir tranquilidad al público".

El hermano mayor confía en que se puedan encontrar soluciones y pide más atención para la Madrugada: "No salimos para pasar miedo, sino para hacer estación de penitencia. La sensación es descorazonadora. Hay que garantizar la seguridad de los hermanos y del público". Del Rey señala la falta de educación y respeto como el principal detonante de ciertas actitudes. Sí afirma que la hermandad ha notado el cariño y el respaldo del Consejo y el Ayuntamiento, algo que echaron en falta hace dos años cuando Zoido era alcalde: "Entonces decían que no había pasado nada y que era un invento del Silencio. Hay que saber exactamente qué ha pasado y qué soluciones se van a tomar. Esto no se puede cerrar nuevamente en falso".

Félix Ríos, hermano mayor del Gran Poder, lamenta que tras el trabajo que ha costado ir recuperando la normalidad tras el año 2000 vuelva a pasar esto: "Se han dado cinco pasos atrás. La sensación es de miedo y de zozobra. La gente ya no quiere salir el año que viene. Eso lo vamos a notar seguro". La primera gran avalancha se produjo cuando el Señor estaba ante la Puerta del León del Alcázar y una réplica en el Postigo. Ríos insta a no bajar la guardia: "Habrá que sentarse y pensar".

El hermano mayor de la Macarena, Manuel García, indice en la "falta de civismo y educación" de buena parte del público y destaca la buena actuación de la Policía para detener a las personas implicadas y la reacción del Ayuntamiento: "Hay que hacer algo para que no vuelva a pasar. No se trata sólo de poner vallas. Tampoco puede ser que la mayoría de los detenidos estén ya en la calle". El Calvario publicó en su página web un comunicado firmado por el hermano mayor, Francisco Javier Muela, y el diputado mayor de gobierno. En el mismo lamentaba los hechos acontecidos y felicitaba a todos los miembros del cortejo por su comportamiento.

Alfonso de Julios-Campuzano, hermano mayor de la Esperanza de Trina, publicó una carta abierta a sus hermanos en la que mostraba su "más enérgica repulsa" por los actos vandálicos. Agradece y se muestra muy orgulloso de la actitud de todos los integrantes de la cofradía: "Quiero transmitir un mensaje de sosiego, de calma, de serenidad y de confianza. Porque sé que nuestra ciudad, nuestra Sevilla y nuestra Triana, no se van a dejar intimidar por los bárbaros que pretenden inocular miedo. Porque estoy persuadido de que nuestras autoridades sabrán dar la respuesta necesaria a estos ataques y convencido de que los hechos serán pormenorizadamente analizados para adoptar las medidas necesarias".

El hermano mayor de los Gitanos, José Moreno Vega, iba presidiendo el paso de palio cuando sufrió la primera embestida en Escuelas Pías: "Fue horrible. No sabíamos qué estaba pasando". Entonces, contactó con el palquillo de la Campana: "Hablé con Joaquín y le pregunté si el asunto era muy grave para echar la cofradía para atrás. Me respondió que el Cecop había dicho que eran carreras". El hermano mayor señaló que no sabe qué se puede hacer, aunque se mostró satisfecho por ver a muchas personas el Viernes Santo en la calle: "Hay que volver a la normalidad. No podemos venirnos abajo".

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