La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Sin acuerdo pero con una propuesta en firme sobre la que trabajar. El Consejo de Cofradías ha planteado a las hermandades de la Madrugada que las tres hermandades de negro abran la jornada por el siguiente orden: Silencio, Calvario y Gran Poder. Según las fuentes consultadas por este periódico el proyecto elaborado desde después de la Semana Santa por el vicepresidente y delegado de la Madrugada, Manuel Nieto, obligaría a la Esperanza de Triana a dar un rodeo para evitar Reyes Católicos y San Pablo; y a los Gitanos a hacer lo propio para no discurrir por las setas de la Plaza de la Encarnación, epicentro de la movida durante los últimos años.
El Silencio, el Calvario, el Gran Poder, la Macarena, la Esperanza de Triana y los Gitanos. El Calvario adelanta dos puestos, el Silencio seguiría abriendo la Madrugada, la Macarena y el Gran Poder no romperían la concordia, y los Gitanos continuaría cerrando la jornada. Según el debate mantenido en la reunión que mantuvieron los hermanos mayores, junto a sus diputados mayores de gobierno, y los cargos generales del Consejo, las dos cofradías más perjudicadas por los cambios planteados serían la Esperanza de Triana y los Gitanos. La primera se vería obligada a dar un rodeo para no discurrir por San Pablo, por lo que tendría que buscar la calle O'Donnell por Marqués de Paradas, Canalejas y Bailén. Este rodeo repercutiría en un aumento del tiempo de ida a la carrera oficial de unos 15 minutos. Por su parte, los Gitanos también tendría que buscar la manera de no pasar por las setas de la Encarnación, teniendo que buscar un recorrido alternativo para evitar una zona que se ha convertido en la Gavidia del siglo XXI con la proliferación de botellonas, que desembocaron en las carreras del año pasado que descompusieron al Silencio en su regreso a San Antonio Abad.
El adelanto del Calvario a la segunda posición de la nómina y los rodeos de la Esperanza de Triana y los Gitanos, son los cambios sobre los que pivota la propuesta que el Consejo trasladó este miércoles a las hermandades. En el debate abierto también se plantearon algunas dudas sobre si la entrada de la Quinta Angustia en la Magdalena puede afectar al adelanto de la salida del Calvario. Las fuentes consultadas por este periódico también precisaron que el Gran Poder recela de pasar a ser la última cofradía de ruán de la Madrugada y prefiere que se mantenga el orden actual de las dos primeras.
Sobre esta propuesta se tendrá que trabajar para llegar a un consenso que solucione los problemas que la Madrugada lleva arrastrando durante mucho tiempo.
Pese a que los medios de comunicación estaban convocados oficialmente en la noche de este miércoles para conocer los detalles de la propuesta del Consejo a las hermandades de la Madrugada, los hermanos mayores espetaron a los cargos generales a no facilitar ninguna información hasta que ésta se trasladara a las respectivas juntas de gobierno. Un esperpento fue lo vivido en la sede del Consejo de Cofradías cuando el presidente Bourrellier y el vicepresidente Nieto trasladaron a la prensa que se imponía la ley del silencio, ante la perplejidad e indignación de los periodistas: "Los hermanos mayores han decidido que no se va a ofrecer más información", expuso un cariacontecido Nieto ante la sorpresa de la decena de periodistas de los principales medios de la ciudad pasadas las once de la noche.
Un bochorno. Las caras de los cargos generales tras salir del cónclave ya anunciaban que algo no había ido bien. Y no había sido la comunicación del plan, que la junta superior asegura que puede salir adelante con algunas variantes, sino que sabían que tendrían que tragarse este sapo y comunicarle a la prensa que habían sido convocados para no contarles nada. "Desde el Consejo ha habido toda la buena voluntad del mundo para informar, por eso os habíamos convocado. Yo os entiendo. Os pido perdón", señaló Nieto. "Los hermanos mayores nos han pedido que no se cuente nada hasta que no convoquen a sus juntas de gobierno para informarles", añadió Bourrellier. Los dos estaban acompañados en la mesa por el tesorero, Tomás Vega; y el delegado diocesano de Hermandades, Marcelino Manzano. Todos con caras circunspectas. La noticia de la convocatoria de prensa fue que no había nada que contar. Los hermanos mayores se marcharon como si hubieran visto al diablo, dejando a los cargos generales vendidos y con la papeleta de tratar de explicar lo inexplicable. ¿Acaso la junta superior no tiene la facultad de informar sobre una propuesta suya? La ley del silencio en San Gregorio.
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