Entre rosarios de otoño en Ciudad Jardín y el Santo Ángel
Crónica
La Virgen del Rosario y la de la Salud protagonizan el último sábado de un mes de octubre muy cofradiero
Doce horas de peregrinar con la Virgen de las Angustias y el Pueblo Gitano
Cuatro hombres vestidos de negro, con capa y gola. Portan distintos instrumentos. De viento y percusión. Se trata de un grupo de ministriles –con indumentaria barroca– que protagonizan la banda sonora de esta tarde de sábado en el centro de Sevilla. En la calle Rioja huele de nuevo a incienso. No han transcurrido ni 24 horas de que por sus inmediaciones pasara la Virgen de las Angustias, con su aroma de nardos, cuando ya pisa el mismo suelo la Virgen de la Salud, la dolorosa del convento del Santo Ángel y titular de la asociación del Cristo de los Desamparados. Una magnífica talla (atribuida a Juan de Astorga) que por primera vez se puede contemplar fuera del templo.
El cortejo lo conforman dos amplias filas de miembros de la asociación. Las velas que portan difícilmente aguantan la embestida del viento, que corre gélido en estos momentos en los que las tiendas presentan un lleno absoluto. Gente que sale de ellas con bolsas en las manos mientras que los religiosos cantan los avemarías del rosario.
El adorno de las andas evoca la estética conventual, con sus ramos de talcos. El cortejo invita al recogimiento. También la luz de una tarde en la que se mezcla el humo del sahumerio con el de los puestos de castañas que, por fin, cobran sentido, después de que empezaran a aparecer cuando el termómetro superaba los 35 grados y los pantalones cortos y chanclas permanecían ajenos a la llegada del otoño.
Belleza frente al ruido
La Virgen de la Salud logra, además de regalar instantes de gran belleza (concepto bastante carente en la ciudad los últimos tiempos), acallar al grupo musical que cada fin de semana ensordece a los vecinos y transeúntes de la zona desde la terraza de un hotel cercano. Al contrario del grupo de ministriles que sosiegan el alma con sus interpretaciones clásicas, el referido grupo (obviemos lo de musical por respeto a dicho arte) la meten en congoja al versionar por flamenco (o un sucedáneo del género) temas conocidos del pop español. Un auténtico atentado para los oídos. Pasa esta dolorosa de principios del XIX y vuelve semejante ruido en las alturas. Sálvame, Virgen María, imploran en sus adentros los sufridos oyentes.
Este sábado de octubre tiene otro escenario cofradiero. En Ciudad Jardín. Desde primera hora de la tarde lleva en la calle la Virgen del Rosario, titular de la Hermandad de la Milagrosa. La sagrada imagen está de aniversario. Lo celebra con una misa en el hospital de la orden de San Juan de Dios, donde se le entrega una granada de oro como reconocimiento a la labor social que desempeña en el barrio.
Un clásico de las vísperas
La escena recuerda al Sábado de Pasión, cuando las calles de Nervión se llenan de público para ver una cofradía que gana enteros con los años. Es ya una imprescindible en los días de las vísperas, en los que la ciudad se echa a la calle para ver los primeros cortejos penitenciales.
Un fin de semana que comenzó con la procesión de la Virgen de las Angustias, que acabó pasadas las 4:00 de este sábado. El I Congreso de Hermandades de los Gitanos concluye este domingo en el santuario de la corporación de la Madrugada, con una función presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz. Se cumplen 35 años de la coronación de la dolorosa que tan bellas estampas ha regalado este octubre, un mes que ha resultado muy cofradiero. Aunque noviembre no se quedará atrás. Ya ha presentado sus credenciales. Dos extraordinarias. Esto es un no parar. Sevilla, ciudad de procesiones.
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