Capilla del Museo

La Capilla del Museo (Cepeda, 2) es también llamada Capilla de la Expiración. Su nombre se debe a su famoso vecino: el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Ambos espacios pertenecían al convento Casa grande de la Merced, que cedió en el siglo XVI esta capilla a la Hermandad del Cristo de la Expiración, actual Hermandad del Museo. En el siglo XIX el convento se desamortizó, pero la capilla se mantuvo.

Este templo, que se construyó a finales del siglo XVII, fue sometido a algunas restauraciones en el XIX y en 1985 adquirió su fisionomía actual. Su portada es sencilla, teniendo ventanas a cada lado. La facha principal, que da a la plaza con la que comparte nombre, tiene azulejos con los titulares de la Hermandad, que fueron realizados en los años sesenta.

Una sola nave de planta rectangular se dispone en el interior de la Capilla del Museo, que cuenta con un zócalo cerámica y una cubierta con llamativos artesonados. El retablo mayor, barroco y del siglo XVII, está presidido por el Cristo de la Expiración y, a sus pies, la Virgen de las Aguas. En los laterales hay figuras de los evangelistas, que fueron talladas por Francisco Ruiz Gijón, y otras figuras de santos.

Hermandades que procesionan desde la Capilla del Museo

La Hermandad del Museo comparte nombre con la capilla, donde tiene su sede canónica desde hace siglos. Compró el terreno donde se levanta este templo y en él se da culto a sus titulares: el Cristo de la Expiración y la Virgen de las Aguas. Sus pasos procesionan en la noche del Lunes Santo de cada Semana Santa, despertando gran atención entre los cofrades.

El Cristo de la Expiración es una talla manierista hecha en pasta de madera por Marcos de Cabrera en 1575. La Virgen de las Aguas es obra de Cristóbal Ramos en 1772 y fue concebida para ir arrodillada delante del Cristo con las manos entrelazadas, en posición Stabat Mater.