Capilla de la Estrella

La Capilla de la Estrella (San Jacinto, 41) es uno de los templos más recientes de Sevilla. Se construyó en los años setenta ante el crecimiento de la Hermandad de la Estrella, acogida hasta entonces en la Iglesia de San Jacinto por los Padres Dominicos. En 1973 se aprobó su construcción, realizada por el arquitecto Antonio Delgado Roig, y en 1976 la corporación se trasladó a ella. Hasta entonces, el edificio era utilizado como casa de hermandad.

El templo, que aprovecha al máximo la difícil geometría de este solar trianero, consta de coro y sacristía, además de albergar las dependencias de la Hermandad en las planta alta del inmueble. La fachada está decorada con azulejos y pináculos cerámicos, rematados con una espadaña. Las puertas procesionales ocupan casi toda la anchura de la fachada y destacan del resto de fachadas colindantes.

El interior de la capilla, con solería de mármol blanco, cuenta con un altar principal donde esta la Virgen de la Estrella, ubicada en el centro de un pequeño retablo neobarroco. En la nave lateral, que tiene artísticas cartelas que representan un Vía Crucis, se encuentra la talla de Jesús de las Penas. Una estatua del papa Juan Pablo II sentado, obra de José Antonio Navarro Arteaga, también destaca dentro del coqueto templo.

Hermandades que procesionan desde la Capilla de la Estrella

La Hermandad de la Estrella es la indiscutible protagonista del templo. Fue construido por la corporación y para la corporación. El Domingo de Ramos es su día más especial, pues la cofradía sale a la calle y hace estación de penitencia desde el mediodía hasta bien entrada la Madrugada. El alto número de hermanos y la pequeña extensión de la capilla hacen que los tramos de nazarenos se tengan que formar en detrás de la capilla para salir en Semana Santa.

Jesús de la Penas y la Virgen de la Estrella son los titulares de la corporación y, por tanto, atractivos para visitar esta capilla. En pocos metros se puede disfrutar de la talla de Jesucristo sentado, tallado por José de Arce en 1655; y de la dolorosa atribuida a Martínez Montañés.