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Cambiar para adaptarse a las modas

Joyas en la Diáspora

Bordados. Durante el siglo XX se han sustituido obras maestras, pero por otras igualmente excepcionales. Muchas de ellas se fueron hasta Jerez de la Frontera, como las de la Amargura.

Cambiar para adaptarse a las modas
Juan Parejo

17 de marzo 2015 - 05:03

SIN duda son los bordados las piezas de las cofradías que han sufrido más enajenaciones a lo largo de la historia, aunque tiene una sencilla explicación: antiguamente, cuando se estropeaban, por norma general se sustituían directamente por otros, en lugar de restaurarse como se hace ahora. También había que adaptarse a las nuevas modas y diseños. La mayoría de los bordados de las cofradías sevillanas han sido ejecutados en el siglo XX para sustituir a otros que hoy enriquecen las Semanas Santas de otras localidades. Los cambios, pese a venderse grandes obras, no han sido para peor, como advierte Andrés Luque, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla y experto en la figura de Juan Manuel Rodríguez Ojeda: "Ha habido hermandades que han cambiado obras maestras por otras obras maestras".

Entre las principales pérdidas, Luque Teruel señala el palio de la Virgen del Patrocinio realizado por las Hermanas Antúnez, el palio y el manto que estas mismas bordadoras realizaron para la Virgen de la O, el manto ejecutado por Rodríguez Ojeda en 1909 para la Esperanza de Triana, el palio para esta Dolorosa trianera bordado en 1918, y la gran pérdida: el palio y el manto azul de la Virgen de la Amargura, obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda.

Con este conjunto en terciopelo azul realizado para la Dolorosa de San Juan de la Palma entre 1902 (palio) y 1905 (manto), Juan Manuel Rodríguez Ojeda comenzó su revolución estética que alcanzaría su punto culminante con el palio rojo de la Virgen de la Esperanza, bordado en 1908. Enrique Guevara señala en su libro Los tesoros perdidos de la Semana Santa de Sevilla que este conjunto "es el primero que realiza Rodríguez Ojeda con este diseño, que sirvió de guía para otros palios del mismo autor". La Virgen de la Amargura no llegó siquiera a procesionar 25 años con estas piezas. En 1926 el conjunto fue vendido a la Hermandad de la Virgen del Desconsuelo de Jerez de la Frontera. Precisamente en 2013 se reestrenó el manto tras una profunda restauración acometida en el taller sevillano de José Ramón Paleteiro, recuperándose el diseño original gracias al trabajo de recuperación del dibujo de Rafael de Rueda. Estas dos excepcionales obras de bordado de Rodríguez Ojeda se pueden admirar cada Martes Santo por las calles de Jerez.

Hasta Utrera se fue el palio de terciopelo negro que las Hermanas Antúnez realizaron para la Virgen del Patrocinio de la Hermandad del Cachorro. Fue bordado entre 1892 y 1894 y hacía juego con un manto estrenado en 1881. El dibujo ya evidencia la influencia de Rodríguez Ojeda y sus caídas, aún recordadando a un palio de cajón, ya tienen cierta forma. Es un pieza genial que fue sustituida en 1923 por otra no menos excepcional: el palio de Olmo.

Una hermandad que ha contado con unas piezas de bordado excepcionales en su historia es la de la O. La Virgen de los Dolores de Espartinas luce cada año el manto negro realizado por las Hermanas Antúnez en 1880 que contaba con tres grandes soles en su dibujo. Según Enrique Guevara, "apenas fue lucido por durante una década al no ser del agrado de un grupo de hermanos. Al contar la hermandad con solvencia económica se encargó una nueva pieza "más suntuosa" a estas bordadoras. En 1891 se estrena un nuevo conjunto de palio y manto también bordados en terciopelo negro y diseñado por Manuel Beltrán Jiménez. Son piezas muy interesantes que se vendieron en 1930 a la Hermandad del Santo Entierro y la Virgen de la Piedad de Jerez.

La trianera Virgen de la Esperanza estrenó en 1903 un manto negro bordado en oro que se atribuye a Rodríguez Ojeda, quien por aquella época trabajaba para la hermandad. Apenas salió cuatro años, pasando en 1908 a formar parte del ajuar de la Virgen de los Dolores de la Hermandad del Silencio de Carmona. En 1909, la Esperanza estrena un manto diseñado por el ceramista José Recio y bordado por Juan Manuel en terciopelo violeta. Se trata de una gran pieza que se sustituyó en 1947 por el del taller de Caro. Actualmente, este manto está dividido en dos y forma parte del ajuar de la patrona de Ronda. José Recio también diseñó para la Esperanza un fabuloso palio en terciopelo morado bordado en los talleres de Olmo. Fue estrenado en 1918 siendo muy rico, original y uno de los mejores de su época. Las caídas frontales y laterales estaban concebidas como un gran paño de azulejos. Fue vendido en 1951 a la Hermandad de la Virgen del Mayor Dolor de Ceuta, donde fue pasado a malla, perdiendo la hermandad trianera una gran joya. Esta pieza está siendo restaurada por Jesús Rosado, quien le ha devuelto su configuración original gracias, una vez más, al trabajo de Rafael de Rueda.

Otro conjunto que se perdió es el de la Virgen de la Merced de Pasión. El manto fue bordado en 1897 por Emilia Salvador Ybarra y era conocido como el de la paloma. El palio fue ejecutado entre 1896 y 1900 por las Hermanas Antúnez. Fueron vendidas en 1928 a la Hermandad de la Virgen de los Dolores de Ronda.

Una pieza muy original era el palio realizado en 1930 para la Virgen del Socorro con diseño de Olmo y bordado en el convento de las Adoratrices. El techo de palio es de orfebrería y fue realiado por Cayetano González. Fue adquirido en 1963 por la Hermandad de la Quinta Angustia de Carmona para la Virgen de las Angustias. Sale cada Miércoles Santo.

Muy transformados están el palio y el manto que Rodríguez Ojeda realizó entre 1895 y 1898 para la Virgen de Regla y que actualmente se conservan en Cantillana, formando parte del ajuar de la Virgen de se la Soledad. Se trata de unas piezas extraordinarias que los Panaderos vendió en 1929. El palio contaba con unos perfiles muy marcados y característicos, que ha perdido, llevando 16 corbatas en las caídas: "Era recordado como la obra más graciosa que bordó Juan Manuel Rodríguez Ojeda", resume Enrique Guevara haciéndose eco de Mañes Manaute. El manto también fue transformado y recortado.

Otras piezas interesantes -hay muchas- perdidas son el palio de 1912 y el manto de 1884 de la Virgen del Refugio, hoy en Jerez y que está siendo restaurado por Jesús Rosaso; o el conjunto de palio y manto relizado por Juan Manuel en 1915 para la Virgen de los Ángeles, en Cádiz y en Écija.

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