La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
La Hermandad de la Bofetá celebró en la noche de ayer una misa muy especial en el Beaterio de la Santísima Trinidad. Se cumple este año el centenario de la reorganización de la cofradía, por lo que esta eucaristía ante sus primitivas imágenes, del siglo XVII, puede considerarse el punto de partida hacia el centenario que la cofradía de San Lorenzo celebrará entre el próximo mes de octubre y la Semana Santa de 2020.
Un nutrido grupo de hermanos de la Bofetá participó ayer en esta misa anual que se celebra en torno a una imágenes que procesionaron hasta 1745 y que en 1809 pasaron a venerarse en el beaterio.
Un grupo de cofrades sevillanos, conociendo la existencia del Redentor Cautivo de la Bofetada, el Santo Crucificado del Mayor Dolor, la Virgen del Dulce Nombre y San Juan Evangelista, decidieron reorganizar la corporación en el año 1919, con el beneplácito del cardenal Enrique Almaraz y Santos, bajo el título de Fervorosa Hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús ante Anás, Santísimo Cristo del Mayor Dolor y María Santísima del Dulce Nombre. La Hermandad pasó a tener su sede canónica en la Parroquia de San Román, desde donde realizó la primera salida el Martes Santo de 1920.
Las primeras Reglas, en esta nueva época, fueron aprobadas el 8 de Noviembre de 1919, por un plazo de tres años y ad experimentum por la autoridad eclesiástica. La institución fue admitida como Hermandad de Penitencia de derecho, tres días más tarde de aprobarse sus reglas, el 11 de Noviembre de 1919. Éstas fueron ratificadas y autorizadas definitivamente por el provisor general y vicario arzobispal Miguel Castillo y Rosales, y por el notario de la vicaria general del Arzobispado, Luis Montoto Raustrastach.
El 30 de marzo de 1920 se realiza la primera estación de penitencia tras la reorganización. El primitivo Cristo tan sólo salió esa Semana Santa, siendo sustituido en 1921 por un Cautivo realizado por Miguel Ángel Rodríguez Magaña, hoy en Pío XII, y en 1923 por la actual imagen y misterio realizados por Antonio Castillo Lastrucci. La antigua Virgen del Dulce Nombre y San Juan procesionaron hasta que en 1924 también son sustituidas por las de Castillo Lastrucci.
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