Basílica del Cachorro

La Basílica del Santísimo Cristo de la Expiración (Castilla, 182) es un templo característico de la ciudad con gran devoción cultural. Históricamente conocida como la Basílica del Patrocinio, y que actualmente es el resultado de la coexistencia entre dos capillas levantadas en diferentes épocas. La primitiva capilla del Patrocinio fue edificada a finales del siglo XVII. En 1689 se fusionaron las Hermandades del Patrocinio con la del Cristo de la Expiración, renombrándola como capilla Sacramental. Pese a la temprana convivencia de las dos Hermandades en el templo, la nueva capilla no se construyó hasta 1963.

La Basílica del Patrocinio está presidida por un retablo barroco con la imagen de la Virgen a la que rinde homenaje en el centro, conocida como la Virgen chica del Patrocinio. A cada lado, una escultura de San Isidro y San Leandro y dos medallones con representaciones de San Francisco y San Lorenzo.

La capilla nueva, de planta cruz latina, está organizada para dar total protagonismo al retablo de madera tallada y dorada de El Cristo de la Expiración, popularmente conocido como El Cachorro. Una de las obras más conocidas del escultor sevillano Francisco Antonio Ruiz Gijón. El interior de la capilla se encuentra decorada por azulejos de temas piadosos. La decoración rinde homenaje a la tradicional artesanía cerámica propia del barrio de Triana.

Hermandades que procesionan desde la Basílica del Cachorro

La Hermandad del Cachorro tiene su sede canónica en esta iglesia, situada en el barrio de Triana. Desde ella procesionan cada Semana Santa sus dos pasos hacia la catedral. En el primer paso de la hermandad se encuentra al Santísimo Cristo de la Expiración, obra cumbre de imaginería barroca realizada por Francisco Antonio Gijón en 1682. En el palio va Nuestra Madre y Señora del Patrocinio. Talla que realizó el escultor Luis Álvarez Duarte en 1973. La Virgen luce la Medalla de la Ciudad que le fue concebida en 2016.

La leyenda del Cristo del Cachorro

La imagen del Cristo del Cachorro se asocia a una leyenda en la que un gitano, conocido como el Cachorro, tocaba y cantaba por las calles de Triana cruzaba cada día el puente de barcas para ir a Sevilla a ver a una mujer. Un hombre, que lo veía cada día, sospechó que iba en busca de su esposa. Fueron tantos los celos, que una noche, el hombre le asestó siete puñaladas al Cachorro, acabando con su vida frente la capilla de Patrocinio. Finalmente, la mujer resultó ser una hermana bastarda del Cachorro.

Esa misma noche, el escultor Francisco Ruiz Gijón, al que le habían encargado una escultura para la Hermandad de la Expiración, se encontraba paseando en busca de inspiración cuando presenció el asesinato. El escultor plasmó la agonía del gitano en su talla. Se dice que cuando se exhibió por primera vez la nueva imagen de la Hermandad de la Expiración, los vecinos de Triana gritaron "¡Mirad, si es el cachorro!".