Antonio Santiago: "Para mí el mejor sitio de la Semana Santa es debajo de los pasos"

Toma la palabra...

Antonio es capataz, hijo de capataz y padre de capataz. Cofrade desde la cuna, aficionado al costal desde los trece años

Moreno y Ríos: "Mayoritariamente se buscan costaleros que se acoplen en lo técnico y en lo psicológico al grupo"

Antonio Santiago: 'Para mi el mejor sitio de la Semana Santa es debajo de los pasos'

Antonio es capataz, hijo de capataz y padre de capataz. Es la voz desgastada de las cofradías que distinguimos nada más escucharla, como pasa con los buenos cantantes. Antonio es experiencia, sabiduría, de la escuela de su padre, de la Sevilla de antaño. Respecto a su fiesta, la nuestra, lo tiene claro: ''donde mejor se ve la Semana Santa es debajo de los pasos''

- ¿Qué es para ti la Semana Santa?

- La Semana Santa no voy a decir que sea mi vida, porque afortunadamente mi trabajo me encanta y hay otras muchas cosas, pero sí que es una parte muy importante de mi vida.

Prácticamente todos los hobbies que tenía anteriormente los he ido dejando y ya con lo único que me quedo es con mi participación en la Semana Santa durante todo el año.

- ¿Cómo vives la Semana Santa?

- Pues se vive de una forma muy intensa, porque no solo son los ensayos, que ahora en esta época del año son muchos y muy variados, sino que además tenemos muchas reuniones durante todo el año, reuniones con las juntas de gobierno, con los diputados mayores... En definitiva, es prácticamente todo el año, salvo excepciones del verano y casi tampoco, todo el año dedicado a la Semana Santa en los tiempos en los que no estoy trabajando.

- ¿Cómo ha cambiado la Semana Santa?

- Bueno, la Semana Santa… Esto lo nota uno cuando ya tiene años, como me pasa a mí. La Semana Santa, la percepción que a veces tenemos es como que no ha cambiado, que está todo igual, ¿no? El tema es que la Semana Santa cambia, pero cambia muy lentamente, y uno es capaz de ver esa evolución o esos cambios que ha habido en la Semana Santa cuando echa la vista atrás y ve el paso de los años; uno piensa en la Semana Santa de hace 30 o 35 años o 40 años… y evidentemente ha cambiado. Cambia la sociedad, cambia la ciudad en algunos aspectos. Cambia el número de habitantes, cambia la posibilidad de que haya mucha gente de fuera de Sevilla que viene a visitar la ciudad y que viene a vivir la Semana Santa. Y por lo tanto, eso hace que nuestras hermandades también cambien algo. Es lo sustancial, en lo esencial, pues no, no ha habido muchos cambios, pero sí que lentamente la Semana Santa va cambiando.

- ¿Qué es lo mejor y lo peor de la Semana Santa de Sevilla?

- Bueno, pues lo mejor y lo peor son los hombres, ¿no? El hombre, el hombre o el demonio que se disfraza de hombre, también aparece en la Semana Santa. De hecho, si Judas no hubiese vendido al Señor, pues a lo mejor no hubiésemos tenido la Semana Santa como la conocemos. En definitiva: el hombre. Con sus bajezas, con la envidia, con el egoísmo, con los pecados que mueven al mundo, y que también están en la Semana Santa.

Yo creo que la Semana Santa, o nuestra Semana Santa, es un ámbito donde hay que servir y que en muchos casos también hay gente que viene a servirse, ¿no? Por eso yo creo que la gente que no pertenece a nuestro mundo, que no están metidos en nuestra Semana Santa, cuando se enteran de alguna cosa fea lo critica un poco más por el hecho de decir ¿pero cómo puede pasar esto en una hermandad donde la palabra hermandad, hermano, no debería existir? Esto es pecado, pero desgraciadamente sí, el hombre es así y donde esté el hombre está el pecado y por lo tanto también en Semana Santa existen estas situaciones.

- ¿Cuál es el mejor lugar para ver cofradías?

Bueno, la verdad es que la ciudad de Sevilla es magnífica a la hora de ver las cofradías, ¿no? Prácticamente todo el casco histórico es precioso. Pero sí que hay lugares especiales. El entorno de la catedral es precioso...

Yo, por ejemplo, que saco la Hermandad de los Estudiantes, todo el entorno de la universidad, o la Hermandad de las Penas, el barrio de San Vicente, que es un encuadre precioso. La verdad es que tengo la suerte de sacar cofradías que el recorrido es muy bonito. Y si nos vamos a las que he sacado anteriormente, como por ejemplo el Porvenir, pues el Parque de María Luisa es un lugar precioso para ver la cofradía. O la Hermandad de la Cena, por el recorrido que tiene y el recorrido que va a hacer este año. En general, toda la ciudad se convierte en un marco excepcional para ver la Semana Santa.

- ¿Cuándo empiezas en el mundo de las cofradías?

Bueno, yo empecé con mi padre delante de los pasos con 13 años. Con 20 años me pude meter ya debajo de los pasos, porque no había cuadrilla de costaleros de mi estatura para sacar pasos hasta que no tuve esa edad y, bueno, compaginé algunos años el ir delante, con el poderme meter de costalero, que para mí es el mejor sitio que tiene la Semana Santa, debajo de un paso, donde las vivencias que se tienen, los amigos que se hacen, son indescriptibles. Y, bueno, con esa edad comencé y continúo ahora, pero ya por mi edad, solo delante de los pasos, y disfrutando de ayudar a los costaleros a llevar al Señor y a la Virgen por las calles de nuestra ciudad.

- ¿Cuál es tu mejor recuerdo de la Semana Santa?

- Para mí el recuerdo es todos los días del año, y especialmente Semana Santa, el recuerdo de mi padre. Recuerdo poder acompañarlo en los pasos, estando con él y viviendo la Semana Santa con él.

- ¿A quién reza Antonio Santiago?

- Les rezo al Señor y a la Virgen. Después tiene cada uno su advocación o su corazón en algunas imágenes. Yo tengo la suerte de que todas las hermandades que saco, la mayoría son hermandades de muchos años, de llevar muchos años integrados en ellas. Y eso te marca, ¿no? Pero cuando uno va a una iglesia, a cualquiera, y hay una imagen, les reza al Señor y a la Virgen, que son los que nos asisten.

Es cierto que como católicos que somos, el centro de nuestra fe está en el Sagrario y, por lo tanto, el Señor en el Sagrario es ese centro en el que tenemos la oración, pero las imágenes representan al Señor y a la Virgen en cualquier circunstancia o en cualquier escena. Después está, como te he dicho, la devoción de cada uno y, afortunadamente, yo desde que nací soy hermano de la Macarena y es mi hermandad de cuna pero también, como te digo, soy hermano de muchas hermandades de muchos años a las cuales le profeso una gran devoción.

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