"A Antonio Perea no se le ha dado el sitio que se merece"

l José Miguel Luque Concejal del Partido PopularEste año se cumple un siglo del nacimiento de su tío-abuelo, que talló el Señor de los Despojos en la cárcel

José Miguel Luque, ayer, en la capilla de los Dolores  de la Hermandad de los Despojos.
José Miguel Luque, ayer, en la capilla de los Dolores de la Hermandad de los Despojos.
Juan Parejo

18 de abril 2011 - 01:00

Están de aniversario en la Hermandad de Jesús Despojado. Es un año especial para la corporación. Se cumple el primer centenario del nacimiento de Antonio Perea Sánchez (Sevilla, 1911-1998), autor de la imagen del Señor Despojado. No sólo es un año muy especial para la corporación del antiguo Compás de la Laguna, también lo es para la familia de este escultor, con una vida absolutamente de leyenda tras de sí, pero a la vez tan desconocido para la mayoría de los sevillanos. José Miguel Luque, concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Sevilla, es sobrino-nieto de Perea, y junto a sus padres, primos y tíos acudió como cada Domingo de Ramos a vivir la salida de la cofradía.

"En mi familia todos somos hermanos del Baratillo y de la Macarena. No hay nadie que sea de Jesús Despojado, pero cada Domingo de Ramos somos unos asiduos en la salida o en la entrada. Yo este año me he venido a la salida porque por la tarde tengo guardia en los palcos de la Plaza de San Francisco", explicaba ayer por la mañana José Miguel Luque, mientras esperaba, acompañado de su madre, la llegada de su tío y sus primos que iban a entregarle a la hermandad un cuadro con la imagen del Señor que ha pintado May, nieta del escultor, para un programa radiofónico.

Los descendientes de Antonio Perea han seguido la senda artística del abuelo. Sus nietos May, Miguel y José también son artistas y regentan una empresa familiar dedicada al arte y a la enmarcación. A José Miguel, que ocupa el número 12 en la lista de Zoido, la faceta artística le viene por parte de padre, con su tío-abuelo Antonio Perea; y por parte de madre, que estudió Artes y Oficios: "La pintura para mí es una afición. Es un mundo que me hubiera gustado que se convirtiera en profesión. En la primera exposición que he tenido vendí 12 de los 15 cuadros que se presentaron. Ya tengo en la cabeza para el año que viene una nueva muestra".

De Antonio Perea recuerda los ratos que pasaba con él cuando iba a visitarlo a casa de su hija a Santa Clara: "Siempre estaba un rato con él. Recuerdo sus últimos trabajos, a bolígrafo, y que siempre estaba con sus inventos". Fue el creador, por ejemplo, del carburador de la moto Guzzi y de la marcha atrás del Biscúter. "A su mujer se le rompió una cadera y se puso a darle vueltas a la cabeza e inventó una placa de titanio".

La vida de Perea estuvo llena de inquietudes y sobresaltos. De formación totalmente autodidacta, los que le conocieron coinciden en asegurar que a pesar de cultivar tanto la escultura como la pintura, era mucho más lo primero que lo segundo: "Tenía una gran fuerza. Adoraba el arte y le gustaba mucho que personas de su familia siguieran su camino. Siempre te daba consejos y te corregía los fallos". Además del Señor de Jesús Despojado, Perea realizó una Dolorosa para la hermandad que luego se transformó en Magdalena. También es el autor del Cristo Yacente de Aracena.

En 1939, Antonio Perea realizó en la cárcel la talla del Señor del misterio de Jesús Despojado de sus Vestiduras. Al escultor lo arrestaron el 22 de julio de 1936 acusado de colaborar con las fuerzas rebeldes a Queipo de Llanos que combatían en la collación de San Marcos, donde era vecino. "En la familia no consta que tuviera ninguna filiación política. Sí sabemos que los amigos eran del bando republicano". Perea fue condenado a pena de muerte. Finalmente, pasó catorce años, ocho meses y un día en prisión. Mientras estaba privado de libertad, su amigo José Laborde, le encargó el Cristo para la hermandad recién fundada: "Se basó en El Expolio de El Greco, y tomó como modelo a un compañero de la cárcel al que fusilaron". En la prisión le adaptaron la enfermería como estudio para que pudiera cumplir con el encargo.

El hecho de estar en la cárcel marcó toda la existencia de Antonio Perea. "Fue una persona que nadie llegó a conocer, ni su propia familia. Había temporadas en las que se desvinculaba de los suyos y se marchaba a la playa para crear. Era una persona muy vitalista y respetuosa. Creo que es un escultor y una persona muy desconocida a la que no se le ha dado su sitio".

Ayer la familia de Perea se volvió a encontrar junto a la Hermandad de los Despojos, en un año tan importante para ellos. Es un año también muy importante para José Miguel Luque, por las elecciones que se celebrarán el 22 de mayo. Desde que es concejal vive dos semanas santas. La oficial, en la que preside el paso de algunas cofradías en los palcos. Y la íntima, en la que disfruta de las procesiones en la calle. Su día es el Miércoles Santo. Acompaña a su Hermandad del Baratillo de penitente. También ha salido en una ocasión en la Macarena con su padre: "Para mí es una Semana de Pasión, no una fiesta. No soy un capillita de ver todas las de cada día. Prefiero elegir algunos momentos". También es hermano del Cerro del Águila, pero no sale: "Me gusta presidirla en los palcos".

La Hermandad de los Despojos tributó ayer el mejor de los homenajes al autor del Señor con un magnífico discurrir por las calles de Sevilla.

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