¿Pasas mucho tiempo de pie? Consejos para minimizar el impacto sobre tu salud
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Permanecer erguido es una posición natural para el ser humano, pero mantener el cuerpo constantemente en posición vertical supone un esfuerzo muscular importante, sobre todo para las zonas de la espalda, el cuello y las piernas.
Sin embargo, estar de pie durante largas jornadas es una situación habitual en numerosas actividades y oficios, en muchos sectores y profesiones, tanto de la industria como del comercio y, por supuesto, indispensable para el correcto desarrollo de muchas tareas. Ejemplos que están en la cabeza de todos son los oficios referidos a la hostelería y muchos de los comercios al por menor, pero también el personal de seguridad, los vigilantes de museo e incluso muchos profesionales sanitarios como técnicos de laboratorio o enfermeros.
Estar de pie, por tanto, es una práctica usual, necesaria e inevitable, que puede tener consecuencias negativas para la salud si no se adoptan medidas adecuadas para evitar riesgos, prevenir daños y permitir el ejercicio de la actividad de forma llevadera.
Como señala el Álvaro García Rosado, fisioterapeuta del Health Center Quirónprevención, “es preciso saber estar de pie de forma saludable. Basta con ser consciente de los riesgos que se corren y de las soluciones prácticas que se pueden acometer”.
Impactos en la salud
La bipedestación es una solución evolutiva que le ha proporcionado al ser humano enormes ventajas, pero que lleva aparejado el riesgo derivado de tener que soportar todo el peso del cuerpo sobre dos pequeños puntos de apoyo, como son los pies. Como se ha dicho, permanecer de pie durante periodos prolongados es perfectamente natural, pero puede causar problemas como fatiga muscular, dolores en la espalda y las piernas, y trastornos circulatorios como varices. Además, puede agravar afecciones preexistentes, como el dolor lumbar o las articulaciones inflamadas. Estas dolencias, aunque parezcan menores en un inicio, pueden evolucionar y reducir significativamente la calidad de vida de la persona que las sufre.
En consecuencia, es importante ser consciente de los riesgos, y la prevención es esencial para reducirlos.
El calzado es una de las claves para ayudar a la posición erguida y más aún si esa posición se va a prolongar durante horas asociada a algún tipo de actividad profesional. Hay que elegir zapatos de talla correcta, flexibles y transpirables que tengan plantillas acolchadas y suelas antideslizantes. Por supuesto, hay que evitar los tacones altos, que incrementan la presión en los pies.
Una ayuda para evitar el cansancio de muchas horas de pie es la alternancia de posturas, es decir, el cambio regular del peso entre ambos pies y, si se está en posición fija, sin caminar, conviene incorporar movimientos suaves, como simular que se anda o elevar los talones, para activar la circulación. En ese conjunto de movimientos, es útil la realización de ejercicios sencillos como el balanceo entre los dedos y el talón.
Optimización del espacio de trabajo
Aquellas personas que realizan la mayor parte de su actividad de pie, pero pueden alternarla con posiciones sedentes, deben conseguirse apoyos ergonómicos para optimizar los descansos. A este respecto, son útiles los apoyapiés de unos veinte centímetros para aliviar la carga lumbar o los asientos auxiliares regulables que permitan alternar entre estar sentado y de pie.
En el entorno laboral hay acciones que pueden resultar fundamentales para evitar males mayores, como es ajustar la altura de las mesas para evitar posturas forzadas, colocar alfombrillas antifatiga en suelos duros para reducir la presión en los pies o mantener el área de trabajo ordenada, lo que facilita los movimientos y previene accidentes.
Pero también el individuo debe ser muy consciente de los riesgos de un abuso de la postura erguida y, sea en el lugar de trabajo o en su vida cotidiana, debe realizar acciones de prevención tan sencillas como ser consciente de la necesidad de pausas y estiramientos en cualquier actividad que se esté realizando, de modo que las piernas puedan relajarse y pueden estirarse los músculos de piernas, espalda y cuello.
La actividad física de fortalecimiento muscular para aumentar la resistencia es un complemento importante las personas obligadas a estar muchas horas de pie, como lo son productos tales como las medias de compresión que favorecen la circulación sanguínea y previenen problemas como las varices. También es importante elegir ropa que no apriete y permita una buena movilidad y circulación.
En definitiva, permanecer de pie muchas horas, sea trabajando o realizando cualquier otro tipo de actividad, no tiene por qué ser sinónimo de incomodidad ni llevar acarreados necesariamente problemas de salud. Con las herramientas y estrategias adecuadas, muchas de ellas tan simples como las que aquí se han expuesto, es posible conseguirlo.
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