Ni vitamina C, ni vitamina D: este es el nutriente que necesitas para fortalecer el sistema inmunológico

Nutrición y Bienestar

Refuerza las barreras naturales del cuerpo, como la piel y las mucosas

¿Qué tipo de vitaminas tenemos que tomar para levantar el ánimo en días de lluvia?

Vitamina C
Vitamina C / Freepik

Con la llegada de los últimos meses del año, los resfriados y gripes comienzan a hacerse más frecuentes. Esto no es casualidad, ya que se debe a varios factores que contribuyen a debilitar el sistema inmunológico durante esta época del año. El frío característico del otoño y el invierno, los cambios bruscos de temperatura y la mayor permanencia en espacios cerrados donde es más fácil que los virus respiratorios se propaguen.

Además, las bajas temperaturas pueden reducir las defensas naturales del cuerpo, haciéndonos más vulnerables ante las infecciones y por si fuera poco, menor exposición a la luz solar en estos meses, lo cual reduce los niveles de vitamina D, un nutriente clave para mantener fuerte nuestro sistema inmunológico. Sin embargo, hoy no vamos a hablar de la vitamina C, ni la vitamina D, sino de otra que es igual de importante en lo que a protección del sistema inmunológico se refiere. Se trata de la vitamina A.

"Las mucosas, presentes en el sistema respiratorio, digestivo y urinario, dependen de la vitamina A"

Este nutriente no solo refuerza las barreras naturales del cuerpo, como la piel y las mucosas, sino que también ayuda al sistema inmune a responder de manera eficiente frente a los virus y bacterias que circulan en el aire que es la principal fuente de contagio entre las personas.

En este sentido, es importante que durante todo el año vayamos preparando a nuestro organismo no solo para los resfriados, sino ante cualquier otro tipo de enfermedad y podemos hacerlo a través de una alimentación en la que no nos falten nutrientes ricos en vitamina A.

¿Cómo actúa la vitamina A en el organismo?

La vitamina A es un nutriente esencial que desempeña un papel crucial en el funcionamiento adecuado de nuestro cuerpo. Aunque suele asociarse principalmente con la salud ocular, su importancia va mucho más allá de proteger nuestra visión.

Este nutriente liposoluble interviene en numerosos procesos biológicos, desde el fortalecimiento del sistema inmunológico hasta la regeneración celular, convirtiéndose en un componente indispensable para el bienestar general. Durante el invierno o en épocas donde las defensas pueden verse comprometidas, consumir suficiente vitamina A es fundamental para mantenernos saludables y prevenir enfermedades.

"Es poco común sufrir una deficiencia grave de vitamina A"

Además de su impacto en la visión, la vitamina A tiene un papel principal en el sistema inmunológico, reforzando las barreras naturales del cuerpo, como la piel y las mucosas, que actúan como primera línea de defensa contra infecciones. Las mucosas, presentes en el sistema respiratorio, digestivo y urinario, dependen de la vitamina A para mantener su integridad y su funcionalidad.

Cuando estas barreras están fortalecidas, el cuerpo es menos susceptible a virus, bacterias y a otros patógenos. Por esta razón, una dieta deficiente en vitamina A puede aumentar el riesgo de infecciones recurrentes, especialmente en niños y personas mayores, cuyos sistemas inmunológicos suelen ser más vulnerables.

La piel es una de las mayores beneficiadas

Este nutriente es esencial para la regeneración celular, ayudando a mantener la piel suave, hidratada y libre de imperfecciones. Es por eso que a menudo se encuentra en productos cosméticos y tratamientos dermatológicos. Por ejemplo, los retinoides, derivados de la vitamina A, son ampliamente utilizados en la medicina estética para tratar problemas como el acné, las líneas de expresión y la hiperpigmentación.

Además, en invierno, cuando el frío y el viento pueden resecar la piel, consumir alimentos ricos en vitamina A puede marcar una gran diferencia para mantener su elasticidad y prevenir la descamación. También juega un papel importante en la cicatrización de heridas y en la protección contra los daños causados por la exposición al sol.

¿En qué alimentos encontramos la vitamina A?

Para obtener suficiente vitamina A, es esencial incluir en la dieta alimentos ricos en este nutriente. Se encuentra en dos formas principales: retinoides, presentes en productos de origen animal como el hígado, los huevos y los lácteos y carotenoides, presentes en frutas y verduras de color naranja, amarillo y verde oscuro, como zanahorias, calabazas, espinacas y brócoli.

Estos últimos son precursores de la vitamina A, lo que significa que el cuerpo los convierte en la forma activa del nutriente según sea necesario. Aunque es poco común sufrir una deficiencia grave de vitamina A en países desarrollados, en algunas partes del mundo donde las dietas carecen de variedad, puede ser una preocupación seria de salud pública.

En definitiva, mantener niveles adecuados de este nutriente no solo mejora la calidad de vida, sino que también protege contra una variedad de enfermedades. Incluir alimentos ricos en vitamina A en la dieta diaria es una manera sencilla y eficaz de cuidar nuestra salud y bienestar a largo plazo, especialmente durante épocas donde el cuerpo necesita un impulso adicional, como en el invierno.

Hay que recordar, de igual modo, que no debemos abusar de la vitamina A porque tan perjudicial es un defecto como un exceso. Para ello, ante cualquier duda es recomendable consultar con un profesional médico por si además fuese necesario la suplementación de esta vitamina a través de otras vías que no sea la alimentación.

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