Nutrición y Bienestar
Los cuatro tipos de vitaminas guardianas del sueño que no deben faltar en tu dieta
Nutrición y dietética
Debido a la creciente disponibilidad de aceites que nos ofrece la industria alimentaria, es habitual tener dudas sobre cuáles son más saludables y cómo podemos utilizarlos. En los últimos años el aceite de girasol se ha convertido en una alternativa real al popular y querido aceite de oliva. Su precio más económico y el aporte de benefios para la salud, está haciendo que gane confianza y valor en el mercado y lo está convirtiendo en una apuesta en el consumo. Sin embargo, los expertos siguen recomendando el de oliva en la cocina, sobre todo para los freír, debido a que sus grasas se oxidan menos con las altas temperaturas y resultan más saludables. Si, pese a ello, sigues prefiriendo el también valorado aceite de girasol, ¿qué tipología recomiendan los expertos para cocinar de manera más saludable?
En primer lugar debes saber que es un 'must' que uses este aceite en crudo. Esto se debe a que, al contrario que el de oliva, ácido linoleico y el linolénico, presente en el de girasol, se oxida con mayor facilidad con las altas temperaturas, por lo que sus compuestos pueden resultar más nocivos. .Eso sí, en crudo resulta beneficioso para reducir el colesterol malo y los accidentes cardiovasculares.
En este sentido, evitar los aceites con un punto de temperatura bajo; porque justo en ese momento, se producen sustancias tóxicas y potencialmente cancerígenas. Además, se vuelven más difíciles de digerir, se enrancian y generan radicales libres (pro envejecimiento y enfermedades).
En este contexto, algunos expertos señalan que el aceite de oliva virgen extra, para llamarse así, debe extraerse y procesarse a bajas temperaturas. Por ello, consideran que sería una pena estropear todas las propiedades saludables y todas las sustancias beneficiosas contenidas en el aceite de oliva virgen extra, como los polifenoles extremadamente valiosos para nuestro organismo.
Lo primero a destacar y que hay que saber es que el hehco de que los aceites sean vírgenes o refinados depende de su procesamiento. La mayoría de las grasas y aceites que se obtienen no son adecuadas para el consumo directo, a excepción del aceite de oliva virgen, debido a que presentan compuestos inadecuados o impurezas para su comercialización y que son responsables de sabores, colores u olores desagradables. Es por esta razón, que algunos como el aceite de girasol no es habitual encontrarlo comercializado en su formato vírgen, y casi siempre es refinado.
Por ello, si estamos buscando un aceite de girasol virgen, se debe optar por una agricultura ecológica, que no contenga conservantes ni aditivos químicos. Además, es mejor que proceda de un sistema de prensado en frío. Esto hace que sus propiedades se preserven de la mejor forma. Sus compradores lo recomiendan, tanto por su sabor como por su olor.
En esta tabla puedes ver los distintos tipos con sus propiedades y composición:
También te puede interesar
Nutrición y Bienestar
Los cuatro tipos de vitaminas guardianas del sueño que no deben faltar en tu dieta
Lo último