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Los alimentos procesados son aquellos que han sido modificados de su estado natural a través de métodos industriales para prolongar su vida útil, mejorar su sabor, textura o apariencia, así como también para facilitar su preparación. Estas modificaciones pueden incluir procesos como el enlatado, congelado, deshidratado, pasteurización o el uso de aditivos como conservantes, colorantes y saborizantes.
La definición de alimentos procesados abarca una amplia gama de productos, desde los mínimamente procesados, como las frutas congeladas, hasta los ultraprocesados, como las comidas listas para calentar en el microondas.
Este concepto, según un estudio de Fruit Juice Science Centre (FJSC), lo desconoce poco más de la mitad de la población española. Concretamente, el 58,3% "no está al corriente" de qué bebidas y alimentos se consideran ultraprocesados y el 30% del total de encuestados no sabe exactamente qué significa "ultraprocesado".
El dietista-nutricionista Ramón de Cangas considera "alarmantes" estos datos porque "la mala información nutricional lleva a malas elecciones alimentarias que perjudican a la salud", advierte en declaraciones para el portal Infosalus.
Como por ejemplo, el consumo de pan industrial o comercial el cual contiene conservantes y mejoradores con los que alargar su vida útil y mejorar su textura.
El problema de los alimentos ultraprocesados radica en que son alimentos que consumimos a diario. Uno de ellos es el pan y otro es la leche que si es pasteurizada, debe pasar por un proceso de calentamiento para eliminar bacterias patógenas, por lo que aumenta la garantía de seguridad para su consumo, así como también su durabilidad sin "estropearse".
"El consumo excesivo de estos alimentos ha sido vinculado a una variedad de patologías, como la obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2"
Puede que embutidos como salchichas te suene más como alimento procesado y es cierto ya que contiene aditivos como nitratos y fosfatos, que ayudan a conservarlos y a mejorar su color y su sabor.
De igual forma, las sopas de sobre que son un producto estrella de los procesados porque no solo se cocinan y se envasan para una mayor duración, sino que a menudo contienen aditivos y altas cantidades de sodio para realzar su sabor.
¿Te gustan los cereales para desayunar? Probablemente sí, gracias a su alto grado de procesamiento en el que se le ha añadido una gran cantidad de azúcares, colorantes artificiales y otros aditivos. Lo mismo sucede con las galletas y otros productos de repostería industrial los cuales no solo contienen harinas refinadas y azúcares, sino también grasas trans y conservantes para que guante más en nuestra despensa y además nos enacante su sabor y textura.
Los alimentos procesados pueden ofrecer conveniencia y accesibilidad, pero también son preocupantes para la salud ya que el consumo excesivo de estos alimentos ha sido vinculado a una variedad de patologías, como la obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Esto se debe en parte a su contenido alto en azúcares añadidos, grasas poco saludables y sodio, así como a la presencia de aditivos que pueden tener efectos negativos a largo plazo.
Una opción que plantea el nutricionista, Carlos Ríos, y el impulsor del movimiento Realfooding, en su cuenta de Instagram es sustituir algunos alimentos ultraprocesados que te provocan enfermedades, por otros considerados "reales".
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