La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Embarazo
No hay mejor alimento para un bebé que la leche materna. Sin embargo, a veces el establecimiento de la lactancia materna no se consigue fácilmente ni de inmediato. Sobre todo, si eres una mamá primeriza. De hecho, las tasas de lactancia materna en nuestro país son bajas. Y es que la lactancia materna no es nada fácil y podemos encontrarnos numerosas dificultades y poco apoyo. Por ello, siempre es bueno y útil saber cuáles son los problemas más frecuentes durante este período y, sobre todo, cómo solucionarlos. La empresa norteamericana Lansinoh, especializada en maternidad y lactancia, explica en qué consiste cada uno y cómo debemos actuar para solucionarlos.
Se produce cuando el bebé no abre la boca lo suficiente como para abarcar todo el pezón y la mayor parte de la areola. Como consecuencia, se produce dolor en el agarre. En este caso, el tamaño del pezón no importa a largo plazo, ya que el bebé crece y en poco tiempo podrá agarrarse a cualquier cosa.
Lo más importante es que la madre y el bebé reciban apoyo adicional al principio para asegurarse de que el bebé se agarre correctamente y evitar problemas de dolor en los pezones, del flujo de leche, de crecimiento, etc.
Soluciones
Si el bebé tiene dificultades, es importante mantener el suministro de leche hasta que pueda alimentarse él mismo. Puede ser necesario extraer la leche para asegurarse de que la reciba, ya que su boca puede ser demasiado pequeña para alcanzar los conductos que la suministran.
Se puede extraer la leche con un sacaleches o con la mano para mantener su producción, y mantener al bebé alimentado, ya que el tamaño de los pezones y de la boca pronto se ajustará.
Se produce cuando las mamás piensan que su bebé no se agarra fuerte o no son capaces de sacar el pezón lo suficiente para amamantar. Algunos pechos pueden estar temporalmente congestionados después del nacimiento, por una excesiva infusión intravenosa que irá remitiendo.
La congestión mamaria es un exceso de líquido en el pecho y es muy común en la primera semana
debido al parto y al aumento de la producción de leche. Los pechos pueden sentirse calientes,
pesados, sensibles y dolorosos. El bebé necesita ser alimentado con frecuencia, pero la congestión
puede hacer que el pezón se aplane. La zona oscura que rodea el pezón, llamada areola, puede estar
muy dura y dificultar el agarre del bebé al pecho:
Soluciones
Frotar el pezón puede hacerlo sobresalir y ayudar al agarre, especialmente al principio cuando el
bebé necesita un poco de ayuda: ''El uso de un evertidor de pezones puede ser útil porque
puede sacar el pezón suavemente para que el bebé logre un buen agarre y alimentarse
cómodamente y con éxito'' – cuenta Inma Cima, responsable de marketing de Lansinoh.
''También vienen bien las compresas de calor o una ducha caliente antes de dar el pecho, o extraer la leche puede aumentar su subida'', apunta. Para aliviar el dolor, mejor compresas frías después de dar el pecho'' – puntualiza Cima.
La lactancia materna no debería doler. Un mal agarre puede dar lugar a una congestión y esta a un agarre poco profundo que causaría daños en el pezón, lo que puede agravar el problema. Un buen apoyo profesional inicial, el estímulo y la observación son esenciales para garantizar que los problemas se identifiquen y se traten a tiempo y se eviten otras complicaciones.
Soluciones
El apoyo inicial es esencial para asegurar que el agarre es correcto ya que el incorrecto es la
principal causa de los pezones doloridos (piel no rota) y agrietados (piel herida y rota).
''Los tratamientos para pezones doloridos incluyen la extracción de leche y su aplicación alrededor de la areola o el uso de la crema de lanolina, que proporciona un entorno húmedo de curación de heridas para permitir que la piel conserve su humedad interna y vuelva a su estado suave y flexible''.
Se llama así a los que están metidos dentro del pecho. Hay consejos para hacer que sobresalgan y que de esta manera el bebé pueda agarrarse y alimentarse con éxito.
Soluciones
Se puede intentar sacar el pezón con los dedos pero también existen herramientas seguras y suaves que ayudan a sacar el pezón de forma segura y cómoda, como un evertidor de pezón.
El uso de un sacaleches antes de dar el pecho puede ayudar también a extraerlo.
Unos puntos firmes y sensibles en el pecho pueden indicar que el conducto está obstruido porque el bebé no saca la leche o porque se lleva un sujetador mal ajustado (con aros). El bulto representa leche espesa y si no se trata puede provocar mastitis.
Soluciones
Las formas de eliminar un conducto obstruido incluyen alimentar al bebé del pecho afectado con regularidad. El uso de compresas de calor o una ducha caliente ayuda a aliviar los síntomas. También puede ayudar el masaje suave del pecho, con movimientos firmes hacia el pezón.
Afección muy común relacionada con las madres lactantes. Los síntomas incluyen una zona roja, caliente y sensible en el pecho que puede desaparecer rápidamente o tiene el potencial de desarrollarse si no se trata rápidamente. La mastitis significa inflamación y puede causar dolor, fiebre y escalofríos. Si la madre cree que tiene mastitis, es importante que acuda a su profesional sanitario lo antes posible.
Soluciones
Para prevenir su reaparición, hay que asegurarse de que el bebé se agarra bien al pecho, que se alimenta a demanda, evitar que se pierda la toma sobre todo cuando empieza a dormir en la noche o terminar el primer pecho antes de ofrecer el segundo. También amamantar exclusivamente durante 4-6 meses si es posible, y evitar el uso del chupete, que puede provocar un mal agarre al pecho.
Se trata de un abultamiento doloroso en el pecho rodeado de enrojecimiento e inflamación. Los abscesos son bolsas llenas de pus. Puede ser consecuencia de una mastitis mal tratada o de la interrupción de la lactancia. Entre el 0,4-11% de las mujeres lactantes con mastitis infecciosa desarrollarán un absceso mamario, que suele producirse entre 3-8 semanas después del parto.
Soluciones
Los abscesos requieren un tratamiento rápido con ayuda médica. Normalmente, se drena el absceso y se prescriben antibióticos. La lactancia materna debe continuar durante el tratamiento, alimentando al bebé directamente o extrayendo para mantener el flujo de leche constante.
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