Estos son los pescados que recomienda Harvard para cuidar la salud de nuestro corazón
Aportan hierro, zinc, vitamina B12 y ácidos grasos omega-3
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Controlar el estrés y los niveles de colesterol y mantener hábitos de vida saludables, como realizar ejercicio y no fumar son algunas de las acciones que podemos realizar para cuidar la salud de nuestro corazón. Algo que también se puede hacer con la alimentación, desechando algunas opciones, por ejemplo, las ricas en sal, y priorizando otras.
En este sentido, hay muchas personas que son conscientes de la mejora que produce en su salud evitar ciertos alimentos y aumentar el consumo de otros, por lo que en lugar de tomar hamburguesas, filetes y embutidos, priorizan la ingesta de aves y pescados, como así lo indican desde el portal de salud de la Universidad de Harvard, ya que las opciones de este segundo grupo no solo son mejores para la salud, sino también para el medioambiente.
Christopher Golden, profesor asistente de nutrición y salud planetaria en la Universidad T.H. Escuela Chan de Salud Pública, apunta que "es mucho mejor para la salud y el medio ambiente reemplazar las fuentes de alimentos terrestres, especialmente la carne roja, con fuentes de alimentos acuáticos". Y precisamente en los pescados se centra el artículo de la Universidad de Harvard, concretamente, en los que están un escalón por debajo en la cadena alimentaria, los pescados pequeños. Algunos ejemplos de ellos son las sardinas, el arenque, las anchoas o la caballa.
Estos son los beneficios de los pescados pequeños
Las anchoas, la caballa, las sardinas y el arenque presentan una serie de beneficios: son fuente de proteína y proporcionan micronutrientes como el hierro, el zinc o la vitamina B12. Además, estos también aportan una gran cantidad de ácidos grasos omega-3, que cuidarán la salud de nuestro corazón, aliviarán la inflamación en el cuerpo y favorecerán un mejor equilibrio en los lípidos sanguíneos.
Christopher Golden también apunta que estos pequeños pescados, en muchas ocasiones, se ingieren enteros, incluyendo sus pequeñas espinas, por lo que también son una fuente de calcio y vitamina D. Aunque, en este caso, la excepción es la caballa cocida, ya que sus huesos pasan a ser duros y demasiado afilados. Sin embargo, cuando este alimento viene enlatado sí pueden comerse.
El experto asimismo destaca las versiones enlatadas de las sardinas frescas y las anchoas, aunque de las segundas menciona que pueden presentar un alto contenido en sodio, ya que están curadas con sal, y esto podría aumentar la presión arterial. Sobre las primeras, Golden indica que pueden servirse sobre pan tostado, añadiendo un chorrito de limón, o ser el ingrediente de una ensalada griega, además de formar parte del relleno de un bocadillo, por lo que la versatilidad que ofrece es otro punto a favor.
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