Obesidad, hipertensión, déficit de atención, entre los problemas asociados a las bebidas energéticas

Las bebidas energéticas son aquellas que se caracterizan por tener una serie de ingredientes que destacan sobre los demás, como son las cafeínas e hidratos de carbono, como azúcare. Estas bebidas son muy usadas para obtener un poco de energía cuando se está cansado, pero también muy consumidas por los jóvenes sin esta pretensión, después de las campañas de publicidad que les convierten en el principal público objetivo con promesas como ayuda para potenciar la resistencia física o su relación con el deporte.

Por todo esto, llevan ya un tiempo en el punto de mira del Ministerio de Sanidad por el daño que puede causar en la salud y la dependencia que pueden causar a sus consumidores, tanto que este tipo de bebidas se encuentran incluidas en el Plan Nacional sobre Drogas.

En este destacan que la cafeína "es una sustancia estimulante que no está sometida a fiscalización internacional", aunque desde algunos países se comienzan a desarrollar regulaciones al respecto. En España, las diversas autonomías empiezan también a tomar medidas, siguiendo el ejemplo de Galicia que desde este 2024 no permite su venta a menores de 18 años, una decisión que al menos siete comunidades ponderan replicar en un futuro próximo, entre ellas Andalucía.

Por otra parte, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición señala que se consideran bebidas con alto contenido en cafeína, el caso de las bebidas energéticas, aquellas que contienen 15 miligramos de esta sustancia por cada 100 mililitros de bebida. También se debe informar de la cantidad total de cafeína por cada 100 ml, teniendo de media unos 32 mg de cafeína/100ml de bebida, aunque desde Sanidad señalan que muchos productos superan con creces esta media.

Desde el mismo ministerio informan también que en una lata de 250 ml, si el contenido es de 80 mg de cafeína será equivalente a tomar un café expreso. Sin embargo, si se consumen 500 ml, cantidad de producto de muchas latas a la venta, el nivel de cafeína llegará a ser equiparable al de dos cafés expreso, unos 160 ml por lata. En el segundo caso, se sitúa por encima del límite máximo recomendado por día para los adolescentes, que ronda los 150 ml de cafeína para un joven de unos 50 kg.

Las potenciales consecuencias de las bebidas energéticas en la salud

Desde Sanidad, además de establecer una definición de este tipo de bebidas, también señalan que "algunos de los efectos adversos de las bebidas energéticas son la estimulación del sistema nervioso central (SNC) y cardiovascular y su relación con el sobrepeso y la obesidad". Por otra parte, hay una serie de efectos negativos se asocian con el consumo habitual, como "la sobredosis de cafeína, la hipertensión, la pérdida de masa ósea y la osteoporosis". 

Los efectos negativos señalados por el Ministerio de Sanidad no son los únicos que se relacionan con el consumo de estas bebidas, ya que también pueden causar deshidratación y ansiedad. Por otra parte, el consumo de estas bebidas también puede causar problemas de concentración e hiperactividad, especialmente perjudiciales para los más jóvenes que suelen ser sus principales consumidores, según un estudio publicado en 2015 en la revista Academic Pediatrics y desarrollado por la Universidad de Yale. En sus conclusiones consderan que una forma de intentar atajar el problema es limitar este tipo de bebidas a los niños y adolescentes.

Sanidad también señala que tomar estos productos de manera regular no solo puede dar pie a problemas de salud, ya que el daño aumenta conforme se toman estas bebidas, sino que estos pueden dar lugar además a efectos secundarios como problemas de sueño (como el insomnio), las palpitaciones cardiacas, junto con otros como las náuseas, los vómitos y la necesidad de orinar de forma frecuente.