La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Es muy común que una persona esté siguiendo una dieta y realizando ejercicio pero no consiga el objetivo de deshacerse de esos kilos de más. La teoría para conseguirlo es 'sencilla', pero en ocasiones la práctica se vuelve muy complicada. Al no ver avances es común que aparezca la frustración, que acabaría desembocando en el abandono.
En algunos casos, el problema puede que no esté en lo que se coma ni en la cantidad de ejercicio que se haga, sino en el descanso, un pilar básico cuando se quiere perder peso. Y es que el Annals of Internal Medicine realizó un estudio en el que comparó a las personas que dormían 5 horas y media frente a las que lo hacían 8,5 horas. Concluyeron que los del primer grupo adelgazaban menos que los del segundo
Vamos a ver cinco hábitos nocturnos que podrían ser los que impidenque se pierdan esos kilos de más:
Una investigación que publicó la Obesity Society indicaba que cenar más temprano podría facilitar la pérdida de peso, pues hasta que la persona se dispusiera a dormir habría un espacio de tiempo más amplío para quemar esas calorías. En este sentido, el nutricionista Pablo Ojeda recomendó en el programa de laSexta, Más vale tarde, que la última comida del día debe realizarse antes de las 21:00 horas.
Esta bebida es muy recomendable para bajar de peso, pero consumiéndola por la noche el efecto puede ser contraproducente, ya que la cafeína podría provocar que nos durmamos más tarde. Una opción interesante podría ser cambiarla por un té de manzanilla, que además de aportarnos varios beneficios, nos ayudará a conciliar el sueño.
Un estudio que se realizó en el Instituto Politécnico Rensselaer indicó que la luz que emiten los dispositivos móviles podrían anular la producción de melatonina que se produce en nuestro cerebro. Al no generar suficiente se resentiría la calidad de nuestro sueño, pues tendríamos más complicaciones para quedarnos dormidos.
Al igual que el descanso o la dieta, el ejercicio es clave cuando queremos perder peso, aunque este no debería realizarse justo antes de irnos a dormir, pues nos activaría, haciendo más complicado que, a continuación, conciliemos el sueño.
Algunos expertos indican que el mejor momento para hacer ejercicio si queremos que este nos ayude a dormir mejor es unas dos horas antes de irnos a la cama.
Si tenemos el hábito de estar viendo la televisión hasta que nos durmamos puede que no estemos disfrutando de un sueño totalmente reparador, pues las luces y el sonido que emite el aparato dificultarán que entremos en fase REM.
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