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La solicitud en 2018 por parte de la firma neerlandesa Fair Insects B.V. para el consumo del grillo doméstico congelado, desecado y en polvo ya es una realidad. Se convierte así en el segundo insecto autorizado, tras la aprobación del uso del gusano Tenebrio molitor, o gusano de la harina.
En dos semanas, la compañía neerlandesa podrá empezar a comercializar con este producto, siendo la única empresa del continente con capacidad para ello (salvo que otra lo pida). Se convierte así el grillo en el protagonista de la cocina del futuro, introduciendo la entomofagia (consumo de insectos como alimento) en nuestra dieta. Se trata de una autorización que viene de la mano de una estrategia de la UE bautizada como “De la granja a la mesa”, que busca identificar fuentes alternativas de proteínas para promover el cambio hacia un sistema alimentario mucho más sostenible.
Las gambas terrestres poseen tanta proteína como un filete de cerdo. Tienen un alto nivel de nutrientes como el potasio; una bolsa de 100 gramos de grillos fritos equivale a 347 miligramos de potasio (según Eat This). Es solo 11 miligramos menos que 100 gramos de banana, a modo de comparación. El potasio ayuda a bajar la presión arterial, y eso ayuda a evitar problemas cardiacos. El potasio también es bueno para bajar la hinchazón producida por el sodio de otros alimentos salados.
Además, su cría es mucho más sostenible que la de un mamífero. “Los beneficios ambientales de criar insectos para alimento se basan en la alta eficiencia de conversión de alimentos de los insectos, menos emisiones de gases de efecto invernadero, menos uso de agua y tierras cultivables, y el uso de la bioconversión basada en insectos como una solución comercializable para reducir el desperdicio de alimentos”, comunica la Comisión Europea.
Este alimento es ideal como tentempié, ya que el contenido calórico es mucho menor que el de una bolsa de patatas fritas, y el componente energético es mucho mayor. Su preparación es tan sencilla como abrir la bolsa, colocar los grillos secos en un bol, y metértelos a la boca. No hay que quitar nada, los grillos comestibles se pueden comer tal cual.
Otros alimentos procesos podrán incluir trazas o porciones de este bichito, debidamente indicado por alérgenos en sus envoltorios. La empresa Fair Insects B.V. incluye en su catálogo la presencia de snacks a base de grillos con diversos aderezos y también la recomendación de utilizar el polvo de grillo (una especie de harina) como ingrediente principal del falafel, avalando con sus propiedades nutricionales (rico en hierro y rico en proteínas) estos alimentos.
El alimento de la cocina del futuro se encuentra más cerca de lo que pensamos. En Sevilla, la granja sostenible Insgood se dedica a la cría y reproducción del grillo, que hasta ahora solo podía vender a zoológicos, reptilarios o a aficionados, pero nunca para consumo humano. Empresas como esta podrán ser las proveedoras de este alimento en nuestros bares de tapas de confianza, un negocio con mucho futuro.
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