Granada, la fruta de temporada con potentes antioxidantes y rica en vitamina C
Son de las frutas más destacadas para consumir en los meses fríos de otoño e invierno
Reducen la inflamación, lo que resulta beneficioso para el sistema cardiovascular,
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Está considerada un tesoro de la naturaleza que viene siendo valorado desde las antiguas civilaciones ya que entonces simbolizaba la fertilidad, la prosperidad y la belleza. La granada es una fruta llena de historia, color y sabor, que destaca por su intenso color rojo y sus semillas jugosas, llamadas arilos, que encierran una combinación única de dulzura y un toque ácido. Originaria de Persia, en lo que hoy conocemos como Irán, la granada se ha extendido desde hace milenios a diversas regiones del mundo, especialmente en áreas mediterráneas y tropicales, adaptándose muy bien a los climas cálidos.
La temporada de la granada varía ligeramente según la región, pero generalmente se encuentra en su mejor momento en otoño, es decir, ahora. También en invierno, más concretamente de septiembre a enero, si nos encontramos en el hemisferio norte, por lo que las granadas son de las frutas más destacadas para consumir en los meses fríos de otoño e invierno ya que es cuando los sistemas inmunitarios pueden necesitar un refuerzo adicional de vitaminas y antioxidantes.
Durante este periodo, la granada suele estar en su punto óptimo de madurez, lo que asegura un sabor jugoso y una textura crocante. No queda duda de que uno de los aspectos más fascinantes de esta fruta de temporada es su impacto positivo en la salud, así que veamos cuáles son los beneficios que nos aportan.
Rica en vitamina C y potente antioxidante celular
La granada es una fruta con alto contenido en antioxidantes, es decir, que nos ayuda a combatir el daño celular y a reducir los efectos del envejecimiento gracias a compuestos como los polifenoles y las antocianinas, las cuales ayudan a neutralizar los radicales libres, moléculas que, en exceso, pueden causar daños en el organismo, lo que la hace todavía más poderosa frente a los agentes patógenos que dañan nuestra salud.
Los antioxidantes de la granada también contribuyen a reducir la inflamación, lo que resulta beneficioso para el sistema cardiovascular, ya que promueven una circulación saludable y, por tanto, ayudan a disminuir la presión arterial.
Esta fruta de temporada tiene el poder de mejorar la memoria y tiene efectos protectores sobre el cerebro, pero además también es rica en vitamina C, un nutriente muy importante tomar en esta época del año en la que suele haber muchos resfriados y otras patologías víricas porque nos va a ayudar a fortalecer nuestro sistema inmunológico. Además de prevenir las enfermedades estacionales, también lo hace con algunas enfermedades crónicas.
Los compuestos bioactivos de la granada parecen tener propiedades anticancerígenas, inhibiendo el crecimiento de células cancerosas en estudios de laboratorio, por lo que su consumo regular puede contribuir a reducir las posibilidades de padecerlo, aunque esto no quiere decir que vaya a impedirlo porque en los diagnósticos definitivos intervienen muchos factores.
Otro de los beneficios de esta fruta de temporada es que también favorece la producción de colágeno y mejora la salud de la piel, pero además es muy digestiva y favorable para nuestro intestino ya que contiene vitaminas B, potasio y fibra dietética.
La granada en la cocina
La versatilidad de la granada en la cocina es otro de sus grandes atractivos. Su sabor particular y su textura la hacen ideal para añadir color y frescura a una gran variedad de platos. Por ejemplo, en ensaladas, la granada aporta un toque crujiente y refrescante que combina extraordinariamente con ingredientes como espinacas, queso de cabra, aguacate y frutos secos. También se puede combinar en ensaladas de granos, como las de quinoa, formando una mezcla de sabores y texturas muy agradables al paladar.
Otro uso que se le puede dar en la cocina a esta fruta durante esta temporada es como ingrediente de platos de carne y pescado. En la cocina de Oriente Medio, por ejemplo, se utiliza mucho en salsas y marinados para carnes, especialmente cordero y pollo, ya que el toque ácido y dulce de la granada complementa bien los sabores intensos de estos platos.
Por lo que respecta al pescado, sus notas frescas y su ligera acidez realzan el sabor de los que son más grasos como el salmón o la trucha. Una opción deliciosa podría ser un filete de salmón a la parrilla, acompañado de una salsa de granada fresca con un toque de menta y limón. Además de agregar sabor, esta combinación también eleva la presentación del plato, haciéndolo visualmente atractivo gracias al contraste de colores.
En la gastronomía dulce, la granada brilla en una gran variedad de preparaciones, especialmente de los postres ya que se puede agregar al yogur, lo que le da un toque de color y frescura, pero también se integra muy bien en tartas y pasteles.
Cuando incluismo la granada en nuestros platos del otoño y del invierno, no solo disfrutamos de su sabor, sino que también nos beneficiamos de sus propiedades antioxidantes, su apoyo al sistema cardiovascular e inmunológico, así como de todo su potencial para mejorar la salud en general.
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