La falta de fibra en la dieta altera la flora microbiana del intestino
Alimentación sana
La población consume menos del 50% de los niveles recomendados de fibra debido a una menor ingesta de alimentos de origen vegetal
Una intervención a corto plazo en el consumo diario de fibra puede alterar significativamente el microbioma intestinal y la ingesta de nutrientes, según un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de California en Irvine (UCI). La investigación fue publicada recientemente por la Sociedad Estadounidense de Microbiología.
La fibra dietética consiste en carbohidratos resistentes que se encuentran en frutas, verduras y granos integrales. La fibra persiste en nuestro sistema de digestión y, aunque no es digerible por los humanos, nuestras bacterias intestinales pueden metabolizar la fibra en ácidos grasos de cadena corta y otros subproductos críticos para la salud humana.
Actualmente, los datos en Estados Unidos indican que la población consume menos del 50% de los niveles de fibra dietética recomendados debido a la disminución del consumo de alimentos de origen vegetal, ya que los alimentos procesados se han generalizado. Una dieta reducida en fibra preocupa a los funcionarios de salud porque el bajo consumo de fibra dietética puede estar asociado con enfermedades como la diabetes tipo II y el cáncer de colon.
Además, nuevos estudios han comenzado a demostrar cómo los cambios microbianos intestinales pueden afectar indirectamente la salud humana. Por lo tanto, una mejor comprensión del papel de la fibra dietética en la constitución de la microbiota intestinal podría proporcionar información sobre el manejo de enfermedades asociadas con el microbioma intestinal. “La falta de ingesta de fibra en el mundo industrializado está matando de hambre a nuestros microbios intestinales, con importantes consecuencias para la salud que pueden estar asociadas con aumentos en el cáncer colorrectal, enfermedades autoinmunes e incluso una disminución de la eficacia de la vacuna y la respuesta a la inmunoterapia del cáncer”, dijo Katrine Whiteson, profesor asociado de biología molecular y bioquímica que codirige la Iniciativa del Microbioma de la UCI.
Los estudiantes que participaron en el estudio recibieron diez comidas semanales sin procesar con alto contenido de fibra durante dos semanas. Durante el tiempo, recolectaron muestras para rastrear su composición microbiana intestinal antes y después de la intervención. La intervención de dos semanas alteró significativamente la composición del microbioma intestinal individual, incluido un aumento en la abundancia de Bifidobacterium.
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