Este es uno de los errores más graves que cometemos con la alimentación y que debemos evitar en épocas de calor

Las intoxicaciones alimentarias son muy comunes en la época de verano fundamentalmente porque se desconocen las medidas higiénicas que hay que tomar con respecto a las infecciones.

Según un estudio reciente, la salmonelosis, la diarrea o la infección por Escherichia coli no solo están entre las infecciones más comunes en la población española, sino que por cada grado de temperatura, superando los 34, aumentan en un 12% las probabilidades de proliferación de estos virus.

Por otra parte, tenemos la masificación de "consejos" que encontramos en las redes sociales carentes de rigor científico y que ponen en riesgo la salud de la población. Sin embargo, no es el error más grave que cometemos las personas a la hora de abrir la puerta a las infecciones que cogemos a través de los alimentos en época de calor.

El error más grave

Uno de los errores considerados más graves que cometemos en el tema de la alimentación y por lo que nos intoxicamos, por ejemplo de listeria, una de las enfermedades más agresivas, es la rotura de la cadena de frío de los alimentos.

Cuando rompemos la cadena de frío suceden varias cosas. Por un lado, en ambientes con temperaturas de 30 grados o más, no podemos dejar los alimentos fuera del frigorífico más de 15 minutos ya que ahí rompemos drásticamente la cadena de frío.

Con una temperatura de entre 30 y 37 grados, la salmonella duplica la cantidad en tan solo 20 minutos

Por otro lado, pasa igual con los alimentos que hemos cocinado, que tienen que ir inmediatamente al frigorífico porque, de lo contrario, empiezan a aparecer dos microorganismos muy comunes por la falta de frío. Son los Bacillus cereus y el Clostridium perfringens.

Isidro Mirón, jefe de distrito de Salud Pública de Castilla-La Mancha y profesor de la Universidad Juan Carlos I, explica para la agencia Efe Salud que la salmonella empieza a reproducirse una vez alcanzados entre los 30 y los 37 grados, temperatura con la que llega a duplicar su cantidad de bacterias en tan solo 20 minutos.

La cadena de frío es especialmente relevante sobre todo para aquellos alimentos preparados para llevar a la playa o al campo, entornos donde se exponen a temperatura ambiente horas antes de ser consumidos, por lo que, de esta forma, según el experto, "se abre la puerta a las bacterias de transmisión alimentaria".

Qué no se debe hacer

"Las redes están llenas de recomendaciones de que los alimentos cuanto más crudos, incluida la leche, más seguros, cuando es justo lo contrario", aclara el catedrático de Seguridad Alimentaria de la Universidad de Barcelona (UB) José Juan Rodríguez.

Esta afirmación viene al hilo de una nueva hazaña publicada en redes sociales en la que una vez más se pone en riesgo la salud de quienes lo practican. Fue hace un mes en Estados Unidos donde se produjo un brote de salmonelosis por consumir leche cruda, una práctica que según una encuesta, el 24% corroboraba que era segura.

Sin embargo, el diagnóstico de las personas contagiadas revelaba lo contrario. Así que ni tomar leche cruda, ni lavar la carne de pollo antes de cocinarla ya que "las bacterias del pollo se eliminan al cocinarlo bien cuando la carne queda blanca. Al lavarlo no solo no se eliminan sino que contaminan nuestras manos y todo lo que tocan, así como cualquier otra cosa que haya en la cocina", agrega Rodríguez.

Qué se debe hacer

Lavarse muy bien las manos. Parece algo obvio, pero hay gente que sigue manipulando alimentos sin hacerlo y la falta de higiene en las manos es una de las mayores razones por las que aparece la salmonella.

De igual manera, se tienen que seguir las mismas pautas de higiene a la hora de tocar frutas y verduras. "Si queremos asegurar que así sea, hay que sumergirlas en agua durante cinco minutos con la correspondiente cantidad de lejía alimentaria que recomiende cada fabricante", aseguran los expertos.