¿A partir de qué edad es aconsejable, y sano, que los niños vayan al gimnasio?
La más creciente corriente de culto al cuerpo, puede generar comportamientos compulsivos o obsesivos con respecto al deporte a edades tempranas
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El deporte y el ejercicio son fundamentales para el desarrollo y crecimiento de los niños. Sin embargo, en los últimos años se ha desarrolado una conciencia cada vez más creciente del culto al cuerpo y a la estética, promovida en parte por patrones presentes en redes, que empuja a los adolescentes, cada vez más jóvenes, empiezan con las rutinas en el gimnasio. El problema se genera cuando su motivación no se hace en los cauces correctos. Entre ellos, el de no hacerlo por mejorar el rendimiento físico sino con otros resultados inmediatos que tienen que ver con la obsesión con los modelos de belleza canónicos. Esto puede motivar patrones de conducta obsesivos o trastornos compulsivos relacionados con la imagen. En este contexto, la supervisión de los padres o los entrenadores es fundamental. ¿Y los expertos, qué opinan al respecto?, ¿cuál es la edad 'correcta' para empezar con entrenamientos de fuerza o rutinas de gimnasio?
Algunas de las primeras cosas que deben tenerse en cuenta son los años de entrenamiento previos y las habilidades motrices, fuerza y capacidad técnicas existentes. Partiendo de esta base, se deben potenciar estas habilidades a la edad que corresponde. En este sentido, es importante no perseguir un aumento exclusivo de la fuerza o del tamaño del músculo sino mejoras en el control y función musculares que puedan sentar unas buenas bases para el futuro.
¿Existe una edad 'correcta'?
La edad idónea para muscular se encuentra en la década entre los veinte y los treinta años. Esto no cierra la puerta a que a los quince hayas empezado a familiarizarte con el gimnasio. En este sentido,el físico y con ello el entorno muscular se desarrollará de manera natural hasta los 18 en las chicas y los 21 en lo chicos. Bajo esta tesitura, antes de estas edades no debería ser del todo recomendable aplicar duras rutinas de tonificación para ganar masa.
Sin embargo, no hay evidencia científica que afirme que el entrenamiento de fuerza esté contraindicado en edades tempranas. Ahora bien, a temprana edad y cuando se dan los primeros pasos en el deporte, lo más recomendable es realizar actividades al aire libre, en equipo y que no requieran demasiado uso de fuerza o resistencia.Lo importante, es ser conscientes del trabajo o actividad física que se realiza con el fin de evitar lesiones y problemas derivados de la mala práctica deportiva.
Según los expertos, la edad más recomendada para comenzar en el gym es una vez terminado el proceso de desarrollo de la pubertad, entre los 15 y 16 años. Es en este momento, cuando los jóvenes comienzan a desarrollar la musculatura, que cobra más sentido introducir trabajos de sobrecarga, el uso de pesas y algunas máquinas en una rutina para principiantes en el gym.
Esto no quiere decir que considere que un niño de 13 años deba comenzar una rutina de fuerza intensa. A esa edad tan temprana y aún en formación, debe enfocarse más, como hemos mencionado, en aprender bien los patrones del movimiento y a mejorar su control motor, que está en pleno desarrollo y hay que estimular.
Otos expertos señalan de que, si bien, la práctica de trabajos de fuerza puede mejorar la salud y la forma física de niños y adolescentes, esta debe realizarse solo a partir de los 7-8 años y siempre regularmente dentro de un programa, correctamente diseñado y con la ayuda de personal cualificado.
Asimismo, debe controlarse la motivación por la que se empieza a practicar este depote. Como se ha mencionado, un control o preocupación excesiva por el cuerpo puede desencadenar vigorexia, donde la persona está obsesionada por realizar ejercicio en exceso y conseguir un cuerpo musculado, o incluso trastornos alimenticios trastornos alimenticio relacionados también con la práctica excesiva de deporte. En estos casos, debe trabajarse la autoestima, el control o un correcto enfoque en los hábitos para hacer de ellos algo sano y positivo (a nivel mental y físico).
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